Página 92 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
carácter cristiano sólo puede formarse de una manera simétrica y
completa si el hombre considera como un gozo el trabajar de una
manera desinteresada en la proclamación de la verdad y sosteniendo
la causa de Dios con sus recursos. Debemos sembrar a lo largo
de todas las aguas, mantener nuestras almas en el amor de Dios,
trabajar mientras es de día y dedicar los bienes que Dios nos ha dado
a cumplir cualquier deber que nos toque. Todo lo que nuestra mano
encuentre para hacer, debemos hacerlo con fidelidad; cualquiera que
sea el sacrificio que seamos llamados a hacer, debemos realizarlo
con alegría. Al sembrar junto a todas las aguas, experimentaremos
que “el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará”.
2 Corintios 9:6
[112]
Manifestación práctica de la religión
Cualquier cosa que sea menos que un servicio activo y ferviente
por el Maestro desmiente nuestra profesión de fe. Únicamente un
cristianismo revelado por una labor ferviente y práctica impresionará
a los que están muertos en sus delitos y pecados. Los cristianos
humildes que creen y oran, los que por sus acciones demuestran
que su mayor deseo es dar a conocer la verdad salvadora que ha de
probar a toda la gente, cosecharán una rica mies de almas para el
Maestro.
Es inexcusable que la fe de nuestras iglesias sea tan débil. “Tor-
naos a la fortaleza, oh presos de esperanza”.
Zacarías 9:12
. En Cristo
hay fuerza para nosotros. El es nuestro Abogado delante del Padre.
Envía sus mensajeros a todas partes de su dominio para comuni-
car su voluntad a su pueblo. Anda en medio de sus iglesias. Desea
santificar, elevar y ennoblecer a sus discípulos. La influencia de los
que creen verdaderamente en él será un sabor de vida en el mundo.
El tiene las estrellas en su diestra y es su propósito dejar que por
intermedio de ellas su luz brille para el mundo. Desea preparar así
a su pueblo para un servicio más sublime en la iglesia celestial.
Nos ha confiado una gran obra. Hagámosla con exactitud y resolu-
ción. Demostremos por nuestra vida lo que la verdad ha hecho para
nosotros.
Costó abnegación, sacrificio propio, energía indomable y mucha
oración sacar adelante las diversas empresas misioneras hasta donde