Página 373 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Una amonestación rechazada
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que Dios había enviado para probar y purificar la iglesia reveló con
exagerada evidencia cuán grande era el número de los que habían
concentrado sus afectos en este mundo más bien que en Cristo. Los
lazos que los unían a la tierra eran más fuertes que los que les atraían
hacia el cielo. Prefirieron escuchar la voz de la sabiduría humana y
no hicieron caso del mensaje de verdad destinado a escudriñar los
corazones.
Al rechazar la amonestación del primer ángel, rechazaron los
medios que Dios había provisto para su redención. Despreciaron al
mensajero misericordioso que habría enmendado los males que los
separaban de Dios, y con mayor ardor volvieron a buscar la amistad
del mundo. Tal era la causa del terrible estado de mundanalidad,
apostasía y muerte espiritual que imperaba en las iglesias en 1844.
En el capítulo 14 de Apocalipsis, el primer ángel es seguido de
otro que dice: “¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho
que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!”
Apocalipsis 14:8 (VM)
. La palabra “Babilonia” deriva de “Babel” y
significa confusión. Se emplea en las Santas Escrituras para designar
las varias formas de religiones falsas y apóstatas. En el capítulo 17
del Apocalipsis, Babilonia está simbolizada por una mujer, figura
que se emplea en la Biblia para representar una iglesia; siendo una
mujer virtuosa símbolo de una iglesia pura, y una mujer vil, de una
iglesia apóstata.
En la Biblia, el carácter sagrado y permanente de la relación que
existe entre Cristo y su iglesia está representado por la unión del
matrimonio. El Señor se ha unido con su pueblo en alianza solemne,
prometiendo él ser su Dios, y el pueblo a su vez comprometiéndose
a ser suyo y solo suyo. Dios dice: “Te desposaré conmigo para
siempre: sí, te desposaré conmigo en justicia, y en rectitud, y en
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misericordia, y en compasiones”.
Oseas 2:19 (VM)
. Y también: “Yo
soy vuestro esposo”.
Jeremías 3:14
. Y San Pablo emplea la misma
figura en el Nuevo Testamento cuando dice: “Os he desposado a un
marido, para presentaros como una virgen pura a Cristo”.
2 Corintios
11:2
.
La infidelidad a Cristo de que la iglesia se hizo culpable al dejar
enfriarse la confianza y el amor que a él le unieran, y al permitir
que el apego a las cosas mundanas llenase su alma, es comparada
a la violación del voto matrimonial. El pecado que Israel cometió