Página 462 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Capítulo 29—El juicio investigador
“Estuve mirando—dice el profeta Daniel—hasta que fueron
puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido
era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia;
su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente. Un río de fuego
procedía y salía de delante de él: millares de millares le servían, y
millones de millones asistían delante de él: el Juez se sentó y los
libros se abrieron”.
Daniel 7:9, 10
.
Así se presentó a la visión del profeta el día grande y solemne en
que los caracteres y vidas de los hombres habrán de ser revistados
ante el Juez de toda la tierra, y en que a todos los hombres se les dará
“conforme a sus obras”. El Anciano de días es Dios, el Padre. El
salmista dice: “Antes que naciesen los montes, y formases la tierra
y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”.
Salmos
90:2
. Es él, Autor de todo ser y de toda ley, quien debe presidir en
el juicio. Y “millares de millares [...] y millones de millones” de
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santos ángeles, como ministros y testigos, están presentes en este
gran tribunal.
“Y vi que con las nubes del cielo venía uno como un hijo de
hombre, vino hasta el Anciano de días, y lo hicieron acercarse delante
de él. Y le fue dado dominio, gloria, y reino; para que todos los
pueblos, naciones y lenguas lo sirvieran; su dominio es domino
eterno, que nunca pasará; y su reino es uno que nunca será destruido”.
Daniel 7:13, 14 (RV95)
. La venida de Cristo descrita aquí no es su
segunda venida a la tierra. Él viene hacia el Anciano de días en
el cielo para recibir el dominio y la gloria, y un reino, que le será
dado a la conclusión de su obra de mediador. Es esta venida, y no
su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que
había de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844. Acompañado
por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el
lugar santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da principio a los
últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber,
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