Página 510 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
del bien y del mal”.
Vers. 2-5 (VM)
. La serpiente declaró que se
volverían como Dios, que tendrían más sabiduría que antes y que
serían capaces de entrar en un estado superior de existencia. Eva
cedió a la tentación, y por influjo suyo Adán fue inducido a pecar.
Ambos aceptaron la declaración de la serpiente de que Dios no había
querido decir lo que había dicho; desconfiaron de su Creador y se
imaginaron que les estaba cortando la libertad y que podían ganar
gran caudal de sabiduría y mayor elevación quebrantando su ley.
Pero ¿cómo comprendió Adán, después de su pecado, el sentido
de las siguientes palabras: “En el día que comieres de él de seguro
morirás”? ¿Comprendió que significaban lo que Satanás le había
inducido a creer, que iba a ascender a un grado más alto de existen-
cia? De haber sido así, habría salido ganando con la transgresión,
y Satanás habría resultado en bienhechor de la raza. Pero Adán
comprobó que no era tal el sentido de la declaración divina. Dios
sentenció al hombre, en castigo por su pecado, a volver a la tierra de
donde había sido tomado: “Polvo eres, y al polvo volverás”.
Vers.
19 (RV95)
. Las palabras de Satanás: “Vuestros ojos serán abiertos”
resultaron ser verdad pero solo del modo siguiente: después de que
Adán y Eva hubieron desobedecido a Dios, sus ojos fueron abiertos
y pudieron discernir su locura; conocieron entonces lo que era el
mal y probaron el amargo fruto de la transgresión.
[523]
En medio del Edén crecía el árbol de la vida, cuyo fruto tenía el
poder de perpetuar la vida, Si Adán hubiese permanecido obediente
a Dios, habría seguido gozando de libre acceso a aquel árbol y habría
vivido eternamente. Pero en cuanto hubo pecado, quedó privado de
comer del árbol de la vida y sujeto a la muerte. La sentencia divina:
“Polvo eres, y al polvo volverás”, entraña la extinción completa de
la vida.
La inmortalidad prometida al hombre a condición de que obede-
ciera, se había perdido por la transgresión. Adán no podía transmitir
a su posteridad lo que ya no poseía; y no habría quedado esperanza
para la raza caída, si Dios, por el sacrificio de su Hijo, no hubiese
puesto la inmortalidad a su alcance. Como “la muerte así pasó a
todos los hombres, pues que todos pecaron”,Cristo “sacó a la luz la
vida y la inmortalidad por el evangelio”.
Romanos 5:12
;
2 Timoteo
1:10
. Y solo por Cristo puede obtenerse la inmortalidad. Jesús dijo:
“El que cree en el Hijo, tiene vida eterna, más el que es incrédulo