Página 518 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
en fidelidad; que usa de misericordia hasta la milésima generación;
que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, pero que de
ningún modo tendrá por inocente al rebelde!”
Éxodo 34:6, 7 (VM)
.
“Destruirá a todos los inicuos”. “Los transgresores ¡todos a una
serán destruidos; el porvenir de los malos será cortado!”
Salmos
145:20
;
37:38 (VM)
. El poder y la autoridad del gobierno de Dios
serán empleados para vencer la rebelión; sin embargo, todas las
manifestaciones de su justicia retributiva estarán perfectamente en
armonía con el carácter de Dios, de un Dios misericordioso, paciente
y benévolo.
Dios no fuerza la voluntad ni el juicio de nadie. No se complace
en la obediencia servil. Quiere que las criaturas salidas de sus manos
le amen porque es digno de amor. Quiere que le obedezcan porque
aprecian debidamente su sabiduría, su justicia y su bondad. Y todos
los que tienen justo concepto de estos atributos le amarán porque
serán atraídos a él por la admiración de sus atributos.
Los principios de bondad, misericordia y amor enseñados y pues-
tos en práctica por nuestro Salvador son fiel trasunto de la voluntad
y del carácter de Dios. Cristo declaró que no enseñaba nada que no
hubiese recibido de su Padre. Los principios del gobierno divino
se armonizan perfectamente con el precepto del Salvador: “Amad a
vuestros enemigos”. Dios ejecuta su justicia sobre los malos para
el bien del universo, y hasta para el bien de aquellos sobre quienes
recaen sus juicios. El quisiera hacerlos felices, si pudiera hacerlo
de acuerdo con las leyes de su gobierno y la justicia de su carácter.
Extiende hasta ellos las manifestaciones de su amor, les concede el
conocimiento de su ley y los persigue con las ofertas de su miseri-
cordia; pero ellos desprecian su amor, invalidan su ley y rechazan
su misericordia. Por más que reciben continuamente sus dones, des-
honran al Dador; aborrecen a Dios porque saben que aborrece sus
pecados. El Señor soporta mucho tiempo sus perversidades; pero
la hora decisiva llegará al fin y entonces su suerte quedará resuelta.
¿Encadenará él entonces estos rebeldes a su lado? ¿Los obligará a
hacer su voluntad?
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Los que han escogido a Satanás por jefe, y que se han puesto
bajo su poder, no están preparados para entrar en la presencia de
Dios. El orgullo, el engaño, la impureza, la crueldad se han arraigado
en sus caracteres. ¿Pueden entonces entrar en el cielo para morar