Página 563 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El conflicto inminente
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cargos se haya despertado la ira del pueblo, este seguirá con los
embajadores de Dios una conducta muy parecida a la que siguió el
apóstata Israel con Elías.
El poder milagroso que se manifiesta en el espiritismo ejercerá su
influencia en perjuicio de los que prefieren obedecer a Dios antes que
a los hombres. Habrá comunicaciones de espíritus que declararán
que Dios los envió para convencer de su error a los que rechazan
el domingo y afirmarán que se debe obedecer a las leyes del país
como a la ley de Dios. Lamentarán la gran maldad existente en el
mundo y apoyarán el testimonio de los ministros de la religión en
el sentido de que la degradación moral se debe a la profanación del
domingo. Grande será la indignación despertada contra todos los
que se nieguen a aceptar sus aseveraciones.
La política de Satanás en este conflicto final con el pueblo de
Dios es la misma que la seguida por él al principio de la gran con-
troversia en el cielo. Hacía como si procurase la estabilidad del
gobierno divino, mientras que por lo bajo hacía cuanto podía por de-
rribarlo y acusaba a los ángeles fieles de esa misma obra que estaba
así tratando de realizar. La misma política de engaño caracteriza la
historia de la iglesia romana. Ha profesado actuar como represen-
tante del cielo, mientras trataba de elevarse por encima de Dios y de
mudar su ley. Bajo el reinado de Roma, los que sufrieron la muerte
por causa de su fidelidad al evangelio fueron denunciados como mal-
hechores; se los declaró en liga con Satanás, y se emplearon cuantos
medios se pudo para cubrirlos de oprobio y hacerlos pasar ante los
ojos del pueblo y ante ellos mismos por los más viles criminales.
Otro tanto sucederá ahora. Mientras Satanás trata de destruir a los
que honran la ley de Dios, los hará acusar como transgresores de la
ley, como hombres que están deshonrando a Dios y atrayendo sus
castigos sobre el mundo.
Dios no violenta nunca la conciencia; pero Satanás recurre cons-
tantemente a la violencia para dominar a aquellos a quienes no puede
seducir de otro modo. Por medio del temor o de la fuerza procura
regir la conciencia y hacerse tributar homenaje. Para conseguir esto,
obra por medio de las autoridades religiosas y civiles y las induce a
que impongan leyes humanas contrarias a la ley de Dios.
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Los que honran el sábado de la Biblia serán denunciados como
enemigos de la ley y del orden, como quebrantadores de las restric-