Página 565 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Capítulo 38—Nuestra única salvaguardia
“¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto es por-
que no les ha amanecido”.
Isaías 8:20 (RV95)
. Al pueblo de Dios
se le indica que busque en las Sagradas Escrituras su salvaguardia
contra las influencias de los falsos maestros y el poder seductor de
los espíritus tenebrosos. Satanás emplea cuantos medios puede para
impedir que los hombres conozcan la Biblia, cuyo claro lenguaje
revela sus engaños. En ocasión de cada avivamiento de la obra de
Dios, el príncipe del mal actúa con mayor energía; en la actualidad
está haciendo esfuerzos desesperados preparándose para la lucha
final contra Cristo y sus discípulos. El último gran engaño se desple-
gará pronto ante nosotros. El Anticristo va a efectuar ante nuestra
vista obras maravillosas. El contrahacimiento se asemejará tanto a la
realidad, que será imposible distinguirlos sin el auxilio de las Santas
Escrituras. Ellas son las que deben atestiguar en favor o en contra
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de toda declaración, de todo milagro.
Se hará oposición y se ridiculizará a los que traten de obedecer a
todos los mandamientos de Dios. Ellos no podrán subsistir sino en
Dios. Para poder soportar la prueba que les espera deben comprender
la voluntad de Dios tal cual está revelada en su Palabra, pues no
pueden honrarle sino en la medida del conocimiento que tengan de
su carácter, gobierno y propósitos divinos y en la medida en que
obren conforme a las luces que les hayan sido concedidas. Solo
los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia
podrán resistir en el último gran conflicto. Toda alma ha de pasar
por la prueba decisiva: ¿Obedeceré a Dios antes que a los hombres?
La hora crítica se acerca. ¿Hemos asentado los pies en la roca de
la inmutable Palabra de Dios? ¿Estamos preparados para defender
firmemente los mandamientos de Dios y la fe de Jesús?
Antes de la crucifixión, el Salvador había predicho a sus discí-
pulos que iba a ser muerto y que resucitaría del sepulcro, y hubo
ángeles presentes para grabar esas palabras en las mentes y en los
corazones. Pero los discípulos esperaban la liberación política del
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