Página 578 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
que renuncien a su fe. Pero su respuesta constante será la misma que
la de Lutero en semejante trance: “Pruébesenos nuestro error por
la Palabra de Dios”. Los que serán emplazados ante los tribunales
defenderán enérgicamente la verdad, y algunos de los que los oigan
serán inducidos a guardar todos los mandamientos de Dios. Así la
luz llegará ante millares de personas que de otro modo no sabrían
nada de estas verdades.
A los que obedezcan con toda conciencia a la Palabra de Dios
se les tratará como rebeldes. Cegados por Satanás, padres y madres
habrá que serán duros y severos para con sus hijos creyentes; los
patrones o patronas oprimirán a los criados que observen los man-
damientos. Los lazos del cariño se aflojarán; se desheredará y se
expulsará de la casa a los hijos. Se cumplirán a la letra las palabras
de San Pablo: “Todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús,
padecerán persecución”.
2 Timoteo 3:12
. Cuando los defensores de
la verdad se nieguen a honrar el domingo, unos serán echados en la
cárcel, otros serán desterrados y otros aún tratados como esclavos.
Ante la razón humana todo esto parece ahora imposible; pero a
medida que el espíritu refrenador de Dios se retire de los hombres
y estos sean dominados por Satanás, que aborrece los principios
divinos, se verán cosas muy extrañas.
Muy cruel puede ser el corazón humano cuando no está animado
del temor y del amor de Dios.
Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesa-
ron creer en el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santi-
ficados por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe, e irán a
engrosar las filas de la oposición. Uniéndose con el mundo y parti-
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cipando de su espíritu, llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo
aspecto; así que cuando llegue la hora de prueba estarán preparados
para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad. Hombres de
talento y de elocuencia, que se gozaron un día en la verdad, emplea-
rán sus facultades para seducir y descarriar almas. Se convertirán en
los enemigos más encarnizados de sus hermanos de antaño. Cuando
los observadores del sábado sean llevados ante los tribunales para
responder de su fe, estos apóstatas serán los agentes más activos de
Satanás para calumniarlos y acusarlos y para incitar a los magistra-
dos contra ellos por medio de falsos informes e insinuaciones.