América, tierra de libertad
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adoradores de imágenes. Y los resultados de esta unión no fueron
menos perniciosos entonces que en épocas anteriores; el orgullo y
el despilfarro fueron fomentados bajo el disfraz de la religión, y se
corrompieron las iglesias. Satanás siguió pervirtiendo las doctrinas
de la Biblia, y empezaron a echar profundas raíces las tradiciones
que iban a perder a millones de almas. La iglesia amparaba y de-
fendía estas tradiciones, en lugar de defender “la fe que una vez fué
entregada a los santos.” Así se degradaron los principios que los
reformadores sustentaron y por los cuales sufrieran tanto.
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