Página 427 - El Conflicto de los Siglos (1954)

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Los Estados Unidos en la profecía
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es: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el
séptimo día cesó, y reposó.”
Éxodo 31:17
.
“La importancia del sábado, como institución conmemorativa
de la creación, consiste en que recuerda siempre la verdadera razón
por la cual se debe adorar a Dios,”—porque él es el Creador, y
nosotros somos sus criaturas. “Por consiguiente, el sábado forma
parte del fundamento mismo del culto divino, pues enseña esta gran
verdad del modo más contundente, como no lo hace ninguna otra
institución. El verdadero motivo del culto divino, no tan sólo del
que se tributa en el séptimo día, sino de toda adoración, reside en
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la distinción existente entre el Creador y sus criaturas. Este hecho
capital no perderá nunca su importancia ni debe caer nunca en el
olvido.”—J. N. Andrews,
History of the Sabbath,
cap. 27. Por eso,
es decir, para que esta verdad no se borrara nunca de la mente de
los hombres, instituyó Dios el sábado en el Edén y mientras el ser
él nuestro Creador siga siendo motivo para que le adoremos, el
sábado seguirá siendo señal conmemorativa de ello. Si el sábado se
hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones
de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto
de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idólatra, un
ateo, o un incrédulo. La observancia del sábado es señal de lealtad al
verdadero Dios, “que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de
agua.” Resulta pues que el mensaje que manda a los hombres adorar
a Dios y guardar sus mandamientos, los ha de invitar especialmente
a observar el cuarto mandamiento.
En contraposición con los que guardan los mandamientos de
Dios y tienen la fe de Jesús, el tercer ángel señala otra clase de seres
humanos contra cuyos errores va dirigido solemne y terrible aviso:
“¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su
frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios!”
Apocalipsis 14:9, 10 (VM)
. Para comprender este mensaje hay que
interpretar correctamente sus símbolos. ¿Qué representan la bestia,
la imagen, la marca?
La ilación profética en la que se encuentran estos símbolos
empieza en el capítulo 12 del Apocalipsis, con el dragón que trató
de destruir a Cristo cuando nació. En dicho capítulo vemos que el
dragón es Satanás (
Apocalipsis 12:9
); fué él quien indujo a Herodes
a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente principal de Satanás