Página 537 - El Conflicto de los Siglos (1954)

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¿Pueden hablarnos nuestros muertos?
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se aventuran en terreno vedado y el poderoso destructor ejerce su
ascendiente sobre ellos contra su voluntad. Pero una vez que los
induce a abandonar sus inteligencias a su dirección, los mantiene
cautivos. Es imposible que con su propia fuerza rompan el encanto
hechicero y seductor. Sólo el poder de Dios otorgado en contestación
a la fervorosa oración de fe, puede libertar a esas almas prisioneras.
Todos aquellos que conservan y cultivan rasgos pecaminosos
de carácter, o que fomentan un pecado conocido, atraen las tenta-
ciones de Satanás. Se separan de Dios y de la protección de sus
ángeles, y cuando el maligno les tiende sus redes quedan indefensos
y se convierten en fácil presa. Los que de tal suerte se abandonan
al poder satánico no comprenden adónde los llevará su conducta.
Pero, después de haberlos subyugado por completo, el tentador los
empleará como agentes para empujar a otros a la ruina.
El profeta Isaías dice: “Y cuando os dijeren: Acudid a los espíri-
tus y a los adivinos, que chirrían y mascullan; responded: ¿No debe
un pueblo acudir más bien a su Dios? ¿por los vivos acaso se ha de
acudir a los muertos? ¡A la ley y al testimonio! si no hablaren con-
forme a esta palabra, son aquellos para quienes no ha amanecido.”
Isaías 8:19, 20 (VM)
. Si los hombres hubiesen querido recibir la
verdad tan claramente expresada en las Santas Escrituras, referente
a la naturaleza del hombre y al estado de los muertos, reconocerían
en las declaraciones y manifestaciones del espiritismo la operación
de Satanás con poder y con prodigios mentirosos. Pero en vez de re-
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nunciar a la libertad tan cara al corazón pecaminoso y a sus pecados
favoritos, la mayoría de los hombres cierra los ojos a la luz y sigue
adelante sin cuidarse de las advertencias, mientras Satanás tiende
sus lazos en torno de ellos y los hace presa suya. “Por cuanto no
admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos, ... Dios les
envía la eficaz operación de error, a fin de que crean a la mentira.”
2
Tesalonicenses 2:10, 11 (VM)
.
Los que se oponen a las enseñanzas del espiritismo atacan no
sólo a los hombres, sino también a Satanás y a sus ángeles. Han
emprendido la lucha contra principados, potestades y malicias es-
pirituales en los aires. Satanás no cederá una pulgada de terreno
mientras no sea rechazado por el poder de mensajeros celestiales.
El pueblo de Dios debe hacerle frente como lo hizo nuestro Sal-
vador, con las palabras: “Escrito está.” Satanás puede hoy citar las