¿Pueden hablarnos nuestros muertos?
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convenio con el infierno. Son los que renuncian a las verdades que
Dios dió como defensa para los justos en el día de congoja, y aceptan
el falso refugio ofrecido en su lugar por Satanás, o sea los asertos
mentirosos del espiritismo.
La obcecación de los hombres de esta generación es indecible-
mente sorprendente. Miles de personas rechazan la Palabra de Dios
como si no mereciese fe, mientras aceptan con absoluta confianza
los engaños de Satanás. Los incrédulos y escarnecedores denuncian
el fanatismo, como lo llaman, de los que luchan por la fe de los
profetas y de los apóstoles, y se divierten ridiculizando las solemnes
declaraciones de las Santas Escrituras referentes a Cristo, al plan
de salvación y a la retribución que espera a los que rechazan la
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verdad. Fingen tener gran lástima por espíritus tan estrechos, débi-
les y supersticiosos, que acatan los mandatos de Dios y satisfacen
las exigencias de su ley. Hacen alarde de tanto descaro como si en
realidad hubiesen hecho un pacto con la muerte y un convenio con
el infierno—como si hubiesen elevado una barrera insalvable e in-
destructible entre ellos y la venganza de Dios. Nada puede despertar
sus temores. Se han sometido tan completamente al tentador, están
tan ligados a él y tan dominados por su espíritu, que no tienen ni
fuerza ni deseos para escapar de su lazo.
Satanás ha estado preparándose desde hace tiempo para su úl-
timo esfuerzo para engañar al mundo. El cimiento de su obra lo
puso en la afirmación que hiciera a Eva en el Edén: “De seguro que
no moriréis.” “En el día que comiereis de él, vuestros ojos serán
abiertos, y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal.”
Gé-
nesis 3:4, 5 (VM)
. Poco a poco Satanás ha preparado el camino para
su obra maestra de seducción: el desarrollo del espiritismo. Hasta
ahora no ha logrado realizar completamente sus designios; pero lo
conseguirá en el poco tiempo que nos separa del fin. El profeta dice:
“Y vi ... tres espíritus inmundos, como ranas: ... son espíritus de
demonios, que obran prodigios; los cuales salen a los reyes de todo
el mundo habitado, a juntarlos para la guerra del gran día del Dios
Todopoderoso.”
Apocalipsis 16:13, 14 (VM)
. Todos menos los que
estén protegidos por el poder de Dios y la fe en su Palabra, se verán
envueltos en ese engaño. Los hombres se están dejando adormecer
en una seguridad fatal y sólo despertarán cuando la ira de Dios se
derrame sobre la tierra.