Apéndice
            
            
              777
            
            
              suprime la palabra “que,” vocablo que no existe en el original griego,
            
            
              el texto dice: “De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso.”
            
            
              Entonces no hay falta de armonía entre este pasaje y la declaración
            
            
              ulterior de Cristo de que todavía no había ascendido al Padre.
            
            
              Nota 5. Página 732—Vale la pena notar que seis de las ocho
            
            
              menciones del primer día de la semana en el Nuevo Testamento se
            
            
              refieren al mismo día, el día que nuestro Señor resucitó. Los pasajes
            
            
              que lo mencionan son los siguientes:
            
            
              Mateo 28:1
            
            
              ;
            
            
              Marcos 16:2,
            
            
              9
            
            
              ;
            
            
              Lucas 24:1
            
            
              ;
            
            
              Juan 20:1, 19
            
            
              . Es extraño que estos pasajes que se
            
            
              refieren al día de la resurrección de nuestro Señor, sean citados en
            
            
              prueba de que se deba descansar el domingo o tenerlo por día del
            
            
              Señor. Las siguientes consideraciones demuestran claramente que
            
            
              dichos textos no suministran prueba alguna de que el primer día
            
            
              tenga un carácter sagrado:
            
            
              1: Ni en estos pasajes ni en el contexto de cualquiera de ellos
            
            
              se declara, como no se declara tampoco en ninguna otra parte de
            
            
              la Biblia, que el domingo sea día de reposo o día del Señor, ni día
            
            
              sagrado, ni que hubiese de reemplazar al sábado de Jehová. Por
            
            
              cierto que a quien observe el domingo como día santo, o en honor
            
            
              de la resurrección, el Señor podría preguntar, como preguntó antaño:
            
            
              “¿Quién demandó esto de vuestras manos?”
            
            
              2. Dicen los eruditos bíblicos que Mateo escribió su Evangelio
            
            
              de siete a treinta años después de la resurrección; Marcos escribió su
            
            
              Evangelio treinta años después; Lucas escribió el suyo treinta y dos
            
            
              años después; y Juan unos sesenta años después de la resurrección.
            
            
              Pero ninguno de estos escritores designa el domingo con otra ex-
            
            
              presión que “primer día de la semana,” mientras que el día anterior
            
            
              es uniformemente llamado por el nombre sagrado de “sábado.” Por
            
            
              cierto que los escritores inspirados no conocieron cambio alguno de
            
            
              día de reposo.
            
            
              3. Que ese día no se celebraba en honor de Cristo resucitado es
            
            
              evidente por el hecho de que los discípulos “no creían” que hubiese
            
            
              resucitado, ni aun después que se lo dijera María.
            
            
              Marcos 16:11
            
            
              .
            
            
              Tampoco creían los discípulos la historia de los dos que habían visto
            
            
              a Jesús en Emaús.
            
            
              Vers. 12, 13
            
            
              . Y cuando nuestro Señor apareció
            
            
              a los once, “ellos espantados y asombrados, pensaban que veían
            
            
              espíritu” (
            
            
              Lucas 24:37
            
            
              ), y nuestro Señor “censuróles su incredulidad
            
            
              [786]
            
            
              y dureza de corazón, que no hubiesen creído a los que le habían