Página 340 - La Educaci

Basic HTML Version

336
La Educación Cristiana
una vida que se comparará con la vida de Dios; pero la vela de los
impíos se apagará en tinieblas ignominiosas, y entonces los justos
resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ...
No recomiendo las partidas de placer en las cuales los jóvenes
se congregan simplemente para divertirse, para dedicarse a la con-
versación vulgar y sin sentido, y donde se ha de oír la risa ruidosa y
jactanciosa. No recomiendo las reuniones en las cuales se degrada
la dignidad, y se presencian escenas de debilidad e insensatez.
Muchas veces los jóvenes por quienes los seres celestiales han
estado aguardando para contarlos como misioneros de Dios, son
atraídos a las reuniones de diversión, y son arrebatados por las
fascinaciones de Satanás. En vez de temer el continuo trato con niñas
cuya profundidad mental es fácil de medir y cuyo carácter es vulgar,
se han enamorado y comprometido con ellas. Satanás sabe que si
estos jóvenes se comprometen con niñas de tendencias vulgares,
amantes de los placeres, de disposición mundanal e irreligiosa, se
vincularán con piedras de tropiezo. Su utilidad se verá grandemente
estorbada, si no completamente destruida. Aun si los jóvenes mismos
logran hacer una entrega sin reservas a Dios, encontrarán que los
estorba grandemente el estar ligados a una esposa sin preparación,
disciplina ni semejanza a Cristo, y que está muerta para Dios, la
piedad y la verdadera santidad. Sus vidas resultarán carentes de
satisfacción y felicidad.
Las reuniones destinadas a la diversión confunden la fe y hacen
que el motivo sea mixto e incierto. El Señor no acepta un corazón
dividido. Quiere todo el ser. El hizo todo lo que hay en el ser humano.
Ofreció un sacrificio completo para redimir el cuerpo y el alma del
hombre. Lo que requiere de aquellos a quienes ha creado y redimido,
queda resumido en las siguientes palabras: “Amarás al Señor tu
[370]
Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y de toda tu mente.
... Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Mateo 22:37-39
. Dios
no aceptará ninguna cosa menor que esto.—
Special Testimonies
on Education, 80-83
. Reproducido en
Consejos para los Maestros
Padres y Alumnos, 327-329
.
[371]