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La Educación Cristiana
en las chanzas y en los chistes una satisfacción que estorbará el
crecimiento espiritual y causará pesar a los ángeles de Dios. La
lengua es un miembro ingobernable; pero no debiera ser así. Se la
debe convertir, pues el talento del habla es valiosísimo. Cristo está
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siempre dispuesto a impartir sus riquezas y nosotros debiéramos
adquirir las joyas que proceden de él, a fin de que cuando hablemos
esas joyas se desprendan de nuestros labios.
El temperamento, las peculiaridades personales, los hábitos de
los cuales se desarrolla el carácter, todo lo que se práctica en el
hogar, se revelará de por sí en todas las relaciones de la vida. Las
inclinaciones seguidas culminarán en pensamientos, palabras y ac-
ciones del mismo carácter. Si cada alumno de los que componen
la familia escolar se esforzara por reprimir toda palabra adusta y
descortés y por hablar a todos con respeto; si tuviera presente que se
está preparando para ser miembro de la familia celestial; si protegie-
ra su influencia por medio de sagrados centinelas de modo que no
apartase a nadie de Cristo; si se esforzara para que cada acto de su
vida hiciese públicas las alabanzas de Aquel que lo ha llamado de las
tinieblas a su luz admirable, ¡qué influencia reformadora provendría
de cada internado escolar!
Ejercicios religiosos
De todas las fases de la educación que se ha de impartir en los
internados de nuestras escuelas, los ejercicios religiosos constituyen
la más importante. Debe considerárselos con la mayor solemnidad
y reverencia, si bien se les ha de añadir hasta donde sea posible
todo aquello que los haga agradables. No se los debe prolongar al
extremo de que se vuelvan tediosos, por cuanto la impresión hecha
así en la mente de los jóvenes les haría asociar la religión con todo
lo que es árido y desprovisto de interés; e induciría a decidirse por el
partido del enemigo a muchos que, si fuesen debidamente enseñados,
llegarían a beneficiar al mundo y a la iglesia.
A menos que sean sabiamente dispuestos y vitalizados, además,
por el Espíritu Santo, las reuniones del sábado, el culto de la mañana
y de la tarde en el hogar y en la capilla llegarán a ser los ejerci-
cios más formalistas, desagradables, faltos de atracción, y, para los
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jóvenes, los más incómodos de todos los ejercicios escolares. Las