Página 423 - La Educaci

Basic HTML Version

Capítulo 64—La educación para servir
El Verdadero objeto de la educación es formar hombres y muje-
res idóneos para servir, desarrollar y poner en ejercicio activo todas
sus facultades. La obra de nuestros colegios y escuelas preparatorias
debe ser fortalecida año tras año; porque en ellos nuestros jóvenes
han de prepararse para entrar en el servicio del Señor como obreros
eficientes. El Señor invita a los jóvenes a ingresar en nuestras escue-
las a fin de prepararse rápidamente para una obra activa. El tiempo
es corto. Por doquiera se necesitan obreros para Cristo. Incentivos
urgentes deben ofrecerse a los que debieran estar hoy empeñados en
un esfuerzo ferviente por el Maestro.
Nuestras escuelas han sido establecidas por el Señor; y si son
dirigidas en armonía con su propósito, los jóvenes enviados a ellas
serán rápidamente preparados para dedicarse a diversos ramos de la
obra misionera. Algunos se alistarán para entrar en el campo como
enfermeros misioneros, otros como colportores, otros como evan-
gelistas, y aun otros como ministros evangélicos. Algunos estarán
preparados para encargarse de las escuelas de iglesia, en las cuales
se han de enseñar a los niños los rudimentos de la educación. Esta
obra es muy importante, y exige gran habilidad y estudio cuidadoso.
Satanás está procurando apartar a los hombres y mujeres de los
principios correctos. El enemigo de todo bien desea ver a los seres
humanos adiestrados de tal manera que ejerzan influencia de parte
del error, en vez de usar sus talentos para beneficio de sus semejantes.
Y muchos que profesan pertenecer a la verdadera iglesia de Dios
caen bajo sus engaños. Los induce a desviarse de su fidelidad al Rey
de los cielos.
Las señales demostrativas de la inminencia de la venida de Cristo
se cumplen rápidamente. El Señor llama a nuestros jóvenes para
alistarse como colportores y evangelistas, a trabajar de casa en casa
en lugares donde la verdad no ha sido proclamada todavía. Habla
[466]
a nuestros jóvenes diciendo: “No sois vuestros. Porque compra-
dos sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en
419