Página 429 - La Educaci

Basic HTML Version

Capítulo 65—La educación más esencial para los
obreros evangélicos
Hay obreros cristianos que no recibieron educación en ningún
colegio, porque les era imposible conseguirla; pero Dios ha dado
evidencia de que los ha escogido y ordenado, para que vayan y traba-
jen en su viña. Los ha hechos eficaces colaboradores suyos. Tienen
un espíritu susceptible de ser enseñados; sienten que dependen de
Dios; y el Espíritu Santo está con ellos para ayudarles en sus flaque-
zas. Vivifica y vigoriza la mente, dirige los pensamientos y ayuda
eficazmente en la presentación de la verdad.
Cuando el obrero se halla delante de la gente para impartir las
palabras de vida, se oye en su voz el eco de la voz de Cristo. Es
evidente que anda con Dios, que ha estado con Jesús y ha aprendido
de él. Ha introducido la verdad en el santuario íntimo del alma; es
para él una realidad viviente; y presenta la verdad con demostración
del Espíritu y poder. La gente oye la grata proclama; Dios habla a
su corazón por el hombre consagrado a su servicio.
Cuando el obrero ensalza a Jesús por el Espíritu, se vuelve real-
mente elocuente. Es fervoroso y sincero, y muy amado de aquellos
por quienes trabaja. ¡Qué pecado recaería sobre cualquiera que es-
cuchase a un hombre tal simplemente para criticarle, tomar nota de
sus faltas de gramática o su pronunciación incorrecta, y ridiculizar
esas faltas! ...
El orador que no ha tenido educación cabal puede a veces caer
en errores de gramática o de pronunciación; tal vez no emplee las
expresiones más elocuentes, o las imágenes más bellas; pero si se
ha alimentado él mismo del pan de vida, si bebió de la fuente de
vida, puede alimentar a las almas hambrientas, y dar agua de vida al
sediento. Sus defectos serán perdonados y olvidados. Sus oyentes
no sentirán cansancio ni disgusto, sino que agradecerán a Dios por
[472]
el mensaje de gracia a ellos enviado por su siervo.
425