Capítulo 68—La obra misionera de los estudiantes
No basta llenar la mente de los jóvenes con lecciones de pro-
funda importancia; deben aprender a impartir lo que han recibido.
Cualquiera que sea el puesto o las posesiones de la persona que
conozca la verdad, la Palabra de Dios le enseña que todo lo que tiene
le ha sido dado en cometido. Le es prestado para probar su carácter.
De sus negocios mundanales, talentos, recursos y oportunidades de
servir, de todo, en fin, tendrá que dar cuenta a Aquel a quien per-
tenece por la creación y la redención. Dios nos concede sus dones
para que podamos ministrar a otros y llegar a ser así semejantes a él.
El que procura obtener conocimiento para poder laborar en favor de
los ignorantes que perecen, desempeña su parte en cumplir el gran
propósito de Dios para con la humanidad. En el servicio abnegado
para beneficiar a otros alcanza el alto ideal de la educación cristiana.
Entre los alumnos de nuestras escuelas hay quienes tienen pre-
ciosos talentos, y debe enseñárseles a usar estos talentos. Nuestras
escuelas deben ser dirigidas de tal manera que maestros y estudian-
tes se vuelvan cada vez más eficientes. Poniendo fielmente en uso
práctico aquello que han aprendido, aumentarán su capacidad de
usar el conocimiento.
Es necesario para su completa educación que los estudiantes
tengan tiempo para hacer obra misionera, tiempo para familiarizarse
con las necesidades espirituales de las familias que viven en derredor
de ellos. No deben estar tan recargados de estudios que no tengan
tiempo para usar el conocimiento que han adquirido. Tienen que
ser estimulados a hacer esfuerzos misioneros en favor de los que
están en el error, llegando a conocerlos y llevándoles la verdad.
Trabajando con humildad, buscando sabiduría de Cristo, orando y
velando en oración, pueden comunicar a otros el conocimiento que
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ha enriquecido sus vidas.
Los maestros y estudiantes de nuestras escuelas necesitan el
toque divino. Dios puede hacer por ellos mucho más de lo que ha
hecho, porque en lo pasado han restringido su camino. Si se estimula
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