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La Educación Cristiana
A aquellos que salieron a trabajar por sus vecinos se les pidió
que informasen de cualquier caso de enfermedad que encontrasen;
y los que tenían preparación para dar tratamientos a los enfermos
fueron animados a usar sus conocimientos de una manera práctica.
Trabajar para el Maestro vino a ser considerado como una recreación
cristiana.
Después de un tiempo hubo que considerar la cuestión del traba-
jo dominical. Parecía que pronto se iban a estrechar de tal manera
las restricciones en derredor nuestro que no podríamos trabajar en
domingo. Nuestra escuela estaba situada en el corazón de los bos-
ques, lejos de cualquier aldea o estación de ferrocarril. Nadie vivía
bastante cerca para ser molestado por cualquier cosa que hiciése-
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mos. Sin embargo, se nos vigilaba. Se instó a los funcionarios a
que observasen lo que estábamos haciendo en los terrenos de la
escuela; y ellos vinieron, pero no parecieron notar a los que estaban
trabajando. Su confianza y respeto por nuestro pueblo habían sido
ganados por la obra que habíamos hecho en favor de los enfermos
de aquella comunidad, de tal modo que no querían estorbar nuestra
labor inocente del domingo.
En otra ocasión cuando nuestros hermanos se hallaban amenaza-
dos de persecución, y me preguntaron qué debían hacer, di el mismo
consejo que había dado en respuesta a la pregunta relativa al empleo
del domingo para los juegos. Dije: “Emplead el domingo en hacer
obra misionera para Dios. Maestros, id con vuestros alumnos. Lle-
vadlos a las casas de la gente, lejos y cerca, y enseñadles a hablar de
tal manera que proporcionen beneficio. Dejad saber a la gente que
os interesáis en la salvación de sus almas”. La bendición de Dios
descansó sobre los estudiantes mientras escudriñaban diligentemen-
te las Escrituras a fin de saber presentar las verdades de la Palabra
de tal manera que estas verdades fuesen recibidas con favor.
Dediquen los maestros de nuestras escuelas el domingo al es-
fuerzo misionero. Lleven consigo a los estudiantes para que celebren
reuniones en favor de los que no conocen la verdad. El domingo
puede dedicarse a fomentar varios ramos de trabajo que lograrán
mucho para el Señor. En este día puede hacerse obra de casa en
casa, celebrarse reuniones al aire libre y en casas particulares. Haced
intensamente interesantes estas reuniones. Cantad verdaderos him-
nos de reavivamiento, y hablad con poder y seguridad del amor del