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Capítulo 9—Lo falso y lo verdadero en la educación
La inteligencia maestra en la confederación del mal trabaja siem-
pre por tener ocultas las palabras de Dios, y poner en lugar de ellas
las opiniones de los hombres. Se propone que no oigamos la voz de
Dios que nos dice: “Este es el camino, andad por él”.
Isaías 30:21
.
Valiéndose de sistemas de educación pervertidos hace cuanto le es
posible por oscurecer la luz del cielo.
La especulación filosófica y la investigación científica que no re-
conocen a Dios están haciendo escépticos por miles. En las escuelas
de hoy día las conclusiones a que han llegado hombres instruidos,
como resultado de sus investigaciones científicas, se enseñan con
empeño y se explican detenidamente; de lo que resulta evidente que
si estos hombres instruidos tienen razón, la Biblia no la tiene. El es-
cepticismo tiene atractivos para la humana inteligencia. La juventud
ve en él una independencia que cautiva la imaginación, y es víctima
del engaño. Satanás triunfa. Nutre toda semilla de duda sembrada en
corazones jóvenes. La hace crecer y llevar fruto, y pronto se recoge
abundante cosecha de incredulidad.
Precisamente por ser el corazón humano tan propenso al mal
es tan peligroso arrojar semillas de escepticismo en inteligencias
jóvenes. Todo lo que debilita la fe en Dios arrebata al alma el poder
de resistir a la tentación. La despoja de toda verdadera salvaguar-
dia contra el pecado. Necesitamos escuelas en que se enseñe a la
juventud que la grandeza consiste en honrar a Dios manifestando
su carácter en la vida diaria. Por medio de su Palabra y sus obras
necesitamos aprender de Dios para que nuestras vidas realicen los
designios divinos.
Autores incrédulos
Para conseguir una educación, muchos creen necesario estudiar
los escritos de autores incrédulos, porque dichas obras encierran
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brillantes perlas del pensamiento. Pero, ¿quién fué el que creó estas
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