Cómo obra la fe, 13 de abril
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la
circuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Gálatas 5:6
.
Cristo ha mostrado su gran amor por nosotros al dar su vida para
que no perezcamos en nuestros pecados, para que pueda revestirnos de
su salvación. Si alimentamos este divino amor en nuestros corazones,
él cimentará y fortalecerá nuestra unión con los que tienen la misma
fe. “Y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”.
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Juan 4:16
. El fortalecer nuestro amor por nuestros hermanos y hermanas
fortalecerá nuestro amor por Cristo. Este principio del amor por Dios
y por aquellos por los cuales Cristo murió necesita ser avivado por el
Espíritu Santo y cimentado por la bondad fraternal, la ternura; necesita
ser fortalecido por actos que testifiquen que Dios es amor. Esta unión,
que une corazón con corazón, no es resultado del sentimentalismo, sino
la obra de un principio saludable.
La fe obra por el amor y purifica el alma de todo egoísmo. Así el alma
es perfeccionada en el amor. Y habiendo hallado gracia y misericordia
mediante la sangre preciosa de Cristo, ¿cómo podemos dejar de ser
tiernos y misericordiosos? ...
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de im-
piedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados,
y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y
a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo
cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el
alba, y tu salvación se dejará ver pronto: e irá tu justicia delante de ti, y
la gloria de Jehová será tu retaguardia... Jehová te pastoreará siempre, y
en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como
huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”.
Isaías 58:6-11
.—
The Review and Herald, 17 de marzo de 1910
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