La cultura más elevada, 14 de mayo
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la
inteligencia.
Proverbios 3:13
.
El temor del Señor es el principio de la sabiduría, y el hombre que
accede a ser modelado y plasmado a la semejanza divina, es el ejemplar
más noble de la obra de Dios...
El conocimiento experimental de la verdadera piedad en la consa-
gración y el servicio diarios a Dios, asegura la cultura más elevada de
la mente, el alma y el cuerpo... La recepción del poder divino honrará
nuestros sinceros esfuerzos en busca de sabiduría para el uso concienzu-
do de nuestras facultades más elevadas para honra de Dios y bendición
de nuestros semejantes. Como estas facultades son derivadas de Dios y
no autocreadas, deberían ser apreciadas como talentos de Dios para ser
empleados en su servicio.
Las facultades mentales que el Cielo nos da deben ser tratadas como
los poderes más elevados para gobernar el reino del cuerpo. Los apetitos
y pasiones naturales deben ser puestos bajo el control de la conciencia y
los afectos espirituales...
La religión de Jesucristo nunca degrada a quien la recibe, nunca lo
hace rudo o torpe, descortés o presumido, apasionado o duro de corazón.
Al contrario, refina el gusto, santifica el juicio, purifica y ennoblece los
pensamientos llevándolos en cautividad a Jesucristo. El ideal de Dios
para sus hijos excede el más elevado pensamiento humano. El Dios
viviente ha dado en su santa ley un trasunto de su carácter. El mayor
Maestro que el mundo haya conocido alguna vez es Jesucristo. ¿Y cuál
es la norma que ha dado para que la alcancen todos los que creen en él?
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos
es perfecto”.
Mateo 5:48
. Así como Dios es perfecto en su elevada esfera
de acción, el hombre puede ser perfecto en su esfera humana. El ideal
del carácter cristiano es la semejanza a Cristo.—
Manuscrito 16, 1896
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