Desenredados, 12 de junio
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado.
2 Timoteo 2:4
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El Señor Jesús quisiera que su posesión adquirida se desenredara
de todo lo que pudiera exponerla a la tentación. Somos del Señor por
creación; somos suyos por redención. Todos nuestros sentidos deben
permanecer agudos y filosos para que estemos en la relación correcta
con Dios.
Las compañías que elijamos serán una ayuda o un estorbo. No de-
bemos correr ningún riesgo colocándonos donde ángeles malos nos
rodearán con sus tentaciones y trampas. Satanás ... pone sus seductoras
tentaciones ante el alma. Aparece como un ángel de luz y viste sus ten-
taciones con aparente bondad. Nuestra primera tarea es desenredarnos
de todo lo que de alguna forma ha sido puesto para manchar el alma.
Si no hacemos de la Biblia la regla de vida, nuestros hábitos here-
dados y cultivados y nuestros gustos entramparán el alma... El alma es
de valor y es considerada por Dios como más preciosa que el oro, más
que el oro de Ofir. Cristo nos ha dado la estimación en que tiene el alma
humana. Mirad su humillación, sus sufrimientos, su muerte. Si hubiese
mirado a su placer, su elección, su conveniencia, nunca hubiera dejado
los atrios reales del cielo...
Después que el agente humano haya gastado su vida siguiendo sus
propios impulsos, poniendo sus talentos en el altar de Satanás, eligiendo
sus propios intereses, ¿qué habrá ganado? Banales aplausos mundanales.
¿Y qué habrá perdido? Una eternidad de bendiciones. Habrá vendido su
alma a muy poco precio...
A nosotros individualmente como su propiedad, Dios dice: No sois
vuestros. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a
Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
1
Corintios 6:20
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Manuscrito 21, 1898
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