Perfectos en vuestra esfera, 28 de junio
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los
cielos es perfecto.
Mateo 5:48
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Para que la edificación de nuestro carácter sea grata a Dios debemos
avanzar constantemente en espiritualidad. Debemos considerar como
algo sin valor todo aquello que amengüe nuestra fe y confianza en nuestro
Redentor. Cuanto más luz brilla en nuestras almas, tanto más se nos exige
que reflejemos esa luz sobre otros. Dios desea que dejes brillar tu luz
sobre el mundo...
Descansando en el amor de Cristo, confiándole al Redentor y Dador
de la vida el llevar a cabo para ti la salvación de tu alma, verás, al
acercarte cada vez más a él, lo que significa estar a la vista del Invisible.
Dios desea que reposemos confiados en su amor. El contentamiento que
Cristo da es un don infinitamente más valioso que el oro, la plata y las
piedras preciosas...
Tus facultades perceptivas aumentarán en poder y agudeza si tu ser
entero, cuerpo, alma, espíritu, está consagrado al cumplimiento de una
obra santa. Esfuérzate al máximo, en y mediante la gracia de Cristo, por
alcanzar la norma elevada que tienes delante. Puedes ser perfecto en tu
esfera como Dios lo es en la suya...
No debes considerarte meramente un recipiente pasivo de la gracia
de nuestro Señor Jesucristo. Dios te ha confiado preciosos talentos y
exige el aumento de esos talentos. Él tiene derecho a los intereses del
capital prestado... Sometiendo tu voluntad a la suya mejorarás en el habla
y en las concepciones espirituales...
Debes cuidar celosamente las facultades mentales de la mente. Tus
pensamientos deben estar bajo el control del Espíritu Santo... Tu obra
es avanzar hacia la perfección, progresando constantemente, hasta que
al fin seas declarado digno de recibir la vida inmortal. Y aun entonces
la obra de progreso no cesará sino que seguirá por la eternidad.—
Carta
123, 1904
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