Ninguno necesita ser vencido, 12 de septiembre
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando
haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha
prometido a los que le aman.
Santiago 1:12
.
Cuando las pruebas vienen sobre nuestras vidas, cuán pronto olvida-
mos que Jesús es nuestro Salvador, que detrás de las nubes está brillando
el Sol de Justicia, que los ángeles están muy cerca de nosotros. Deseo
decir al desesperado: Mira y vive. Espera en Dios, pues sobre la cruz del
Calvario fue ofrecido un completo sacrificio por ti. Jesús es el Amigo
del pecador, Redentor del pecador. Eterna alegría—una vida de felicidad
sin mengua—aguarda a quien entrega todo a Cristo. Vuelve los ojos de
ti mismo a Jesús, quien está intercediendo ante el trono de Dios en tu
favor. Escucha sus palabras: “Venid a mí, y yo os haré descansar”. “Y al
que a mí viene, no le echo fuera”.
Mateo 11:28
;
Juan 6:37
... La tentación
más fuerte no puede excusar el pecado. No importa cuán grande sea la
presión ejercida sobre el alma, la transgresión es un acto nuestro. No
hay poder de la tierra o del infierno que obligue a nadie a hacer el mal.
Satanás nos ataca en nuestros puntos más débiles, pero no necesitamos
ser vencidos. Aunque el ataque sea severo o inesperado, Dios ha provisto
ayuda para nosotros, y en su fortaleza podemos vencer. En la hora de la
mayor necesidad, cuando el desánimo abruma el alma, entonces Jesús
viene muy cerca. La hora de la necesidad del hombre es la oportunidad
de Dios... Invisible para nosotros, nos salva del enemigo...
No penséis que cuando camináis con Jesús debéis hacerlo en la
sombra. La gente más feliz del mundo es aquella que confía en Jesús y
cumple sus órdenes alegremente. Él es la luz de la vida. El desasosiego
y el descontento están desterrados de las vidas de los que le siguen.
De todo corazón repiten las palabras del sabio: “Sus caminos [de la
Sabiduría] son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”.
Proverbios
3:17
.—
The Review and Herald, 18 de abril de 1907
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