Cuando la fe es probada, 20 de septiembre
Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el
oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
1
Pedro 1:7
.
Cuando somos conducidos a circunstancias adversas, ... nuestra fe
es probada; entonces debemos manifestar la mansedumbre y la dulzura
de Cristo. Ni por una palabra debemos dar expresión a los sentimientos
del corazón natural. “Si alguno no ofende en palabra, éste es varón
perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (
Santiago 3:2
)—el
hombre entero. Lo que necesitamos es estar bajo el control de Jesús. No
necesitamos hacer nuestra voluntad. He escuchado a algunos argumentar
como una excusa por su proceder equivocado: “Ud. sabe que así es mi
temperamento, ésa es mi disposición, que heredé de mis padres”. Sí, y
ellos la han cultivado, y se han educado en ella, y así disculpan todo su
mal proceder. En vez de ceder a la tentación, deberían apoyarse en el
brazo del Poder Infinito ...
Miremos al Calvario a fin de comprender cuán grande es el amor que
Cristo tiene por nosotros. Entonces conoceremos algo de la profundidad,
la anchura y la altura de ese amor y veremos algo de la condescendencia
de Dios y del Señor Jesucristo, cómo paso a paso descendió el Salvador
al valle de humillación. No condescendió a pecar, a la contaminación,
sino mantuvo en este átomo de mundo la batalla con Satanás y su hueste,
y aquí ganó para nosotros una herencia inmortal...
Cuando ascendió a lo alto y llevó cautiva la cautividad, y dio dones
a los hombres, dejó la batalla en nuestras manos, pero no tenemos que
luchar con nuestro propio poder: fracasaríamos si lo intentásemos. Cristo
está presente con el Padre para traer en nuestra ayuda las inteligencias
invisibles, los ángeles de Dios. Lo que necesitamos es la simplicidad
de la fe, la mansedumbre y la humildad de Cristo.—
The Review and
Herald, 8 de marzo de 1892
.
[273]
277