Página 361 - En los Lugares Celestiales (1968)

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“Mientras puede ser hallado”, 4 de diciembre
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto
que está cercano.
Isaías 55:6
.
Está por sobrevenir, con rapidez y seguridad, una culpabilidad casi
universal sobre los habitantes de las grandes ciudades a causa del cons-
tante aumento de la resuelta maldad. Dios le ha dado vida al hombre,
a fin de que por medio del conocimiento de la Palabra y la práctica de
sus principios, el agente humano llegara a ser uno con Dios, obediente
a la voluntad divina. Pero Satanás ha estado obrando constantemente
mediante muchos engaños para llevar al hombre a enemistarse con Dios.
En el mundo antediluviano los agentes humanos introdujeron toda
forma de prácticas engañosas y artificiosas para dejar sin efecto la ley
de Jehová. Pusieron a un lado su autoridad porque interferiría con sus
planes. Como en los días antes del diluvio así ahora está ante nosotros el
tiempo en que el Señor Dios ha de revelar su poder omnipotente...
Durante años Satanás ha estado obteniendo el control de las mentes
humanas mediante sofisterías sutiles que ha inventado para que ocupen
el lugar de la verdad. En este tiempo de peligro los que obran el bien,
en el temor de Dios, glorificarán su nombre con las palabras de David:
“Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley”.
Salmos
119:126
.—
The Review and Herald, 11 de octubre de 1906
.
Nuestro Dios es un Dios compasivo. Trata a los transgresores de su
ley con longanimidad y tierna misericordia. Y no obstante, en el tiempo
presente, en que hombres y mujeres tienen tantas oportunidades para
familiarizarse con la ley divina como está revelada en la Santa Escritura,
el gran Gobernante del universo no puede contemplar con satisfacción
las ciudades impías, donde reina la violencia y el crimen.—
The Review
and Herald, 18 de octubre de 1906
.
Ahora es el tiempo en que debiera haber humillación del corazón ante
Dios. Busquémosle mientras puede ser hallado por el lado del perdón y
no por el del juicio.—
The Review and Herald, 11 de octubre de 1906
.
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