Página 57 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Permanecer en Cristo, 18 de febrero
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí.
Juan 15:4
.
No es el contacto casual con Cristo lo que se necesita, sino el per-
manecer en él. Él os llamó a morar con él. No os propone una felicidad
pasajera que se experimente ocasionalmente mediante la búsqueda fer-
viente del Señor, y que se desvanece al abocaros a vuestras ocupaciones
seculares. Vuestra permanencia en Cristo aliviana toda tarea necesaria,
porque él lleva el peso de todas las cargas. El hizo provisión para que
permanezcáis en él. Esto significa que debéis estar conscientes de que
permanecéis en Cristo, de que estáis continuamente con Cristo, donde
vuestra mente se anima y fortalece porque la habéis puesto sobre Cristo...
No os quedéis fuera de Cristo, como hacen muchos que hoy se dicen
cristianos. El permanecer “en mí, y yo en vosotros” es una cosa posible de
hacerse, y no se haría la invitación si vosotros no pudierais hacerlo. Jesús
nuestro Salvador os está atrayendo continuamente mediante su Espíritu
Santo, trabajando con vuestra mente para que moréis con Cristo... Las
bendiciones que concede están todas relacionadas con vuestras propias
acciones individuales. ¿Será rechazado Cristo? Él dice: “Y al que a mí
viene, no le echo fuera”.
Juan 6:37
. De otro grupo de personas dice: “Y
no queréis venir a mí para que tengáis vida”.
Juan 5:40
...
¿Hemos comprendido plenamente la bondadosa invitación: “Venid a
mí”? El dice: “Permaneced
en
mí”, no permaneced
conmigo
. “Entended
mi llamamiento. Venid a mí para estar conmigo”. Concederá gratuita-
mente todas las bendiciones implícitas en él a todos los que acudan a él
en busca de vida...
El Señor Jesús permanecerá con vosotros y vosotros con él en todo
lugar.—
Manuscrito 194, 1898
.
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