Página 61 - En los Lugares Celestiales (1968)

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“Participantes de la naturaleza divina” 22 de febrero
Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el
mundo a causa de la concupiscencia.
2 Pedro 1:4
.
“Participantes de la naturaleza divina”. ¿Es esto posible? Por no-
sotros mismos no podemos hacer ninguna cosa buena. ¿Cómo, pues,
podemos ser participantes de la naturaleza divina? Acudiendo a Cristo
así como somos, necesitados, impotentes, dependientes. El murió para
hacer posible que participáramos de la naturaleza divina. Llevó la huma-
nidad sobre sí para poder alcanzar la humanidad. Con la áurea cadena
de su incomparable amor nos ha ligado al trono de Dios. Debemos tener
poder para vencer como él venció.
A todos da la invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga”.
Mateo 11:28-30
.
Tenemos una parte que realizar en esta obra. Que nadie piense que
los hombres y mujeres van a ser llevados al cielo sin estar empeñados
en la lucha aquí abajo. Tenemos una batalla que pelear, una victoria que
ganar. Dios nos dice: “Ocupaos en vuestra salvación”. ¿Cómo? “Con
temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad”.
Filipenses 2:12, 13
. Dios trabaja y
el hombre trabaja. Debemos cooperar con Dios. Así solamente podemos
ser participantes de la naturaleza divina...
Dios nos pide que vivamos sólo un día a la vez. No necesitáis mirar
una semana o un mes más adelante. Haced
hoy
lo mejor que podáis.
Hoy hablad y actuad de una manera que honre a Dios. La promesa es:
“Como tus días serán tus fuerzas”.
Deuteronomio 33:25
.—
The Review
and Herald, 14 de abril de 1904
.
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