Página 81 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Nuestro acceso al padre, 12 de marzo
De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en
mi nombre, os lo dará.
Juan 16:23
.
Debemos orar en el nombre de Cristo, nuestro Mediador. Nuestras
peticiones sólo tienen valor si son hechas en su nombre. Él ha tendido
un puente sobre el abismo creado por el pecado. Mediante su sacrificio
expiatorio unió a sí mismo y al Padre a los que creen en él. Él es el único
nombre debajo del cielo por el cual podamos ser salvos...
No debemos sentirnos tan abrumados por el pensamiento de nuestros
pecados y errores que dejemos de orar. Algunos se dan cuenta de su gran
debilidad y pecado, y se desaniman. Satanás echa su oscura sombra entre
ellos y el Señor Jesús: su sacrificio expiatorio. Ellos dicen: Es inútil que
yo ore. Mis oraciones están tan mezcladas con malos pensamientos que
el Señor no las oirá.
Estas sugestiones son de Satanás. En su humanidad Cristo enfrentó
y resistió esta tentación, y sabe cómo socorrer a los que así son tentados.
En nuestro favor ofreció “ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas”.
Hebreos 5:7
.
Muchos, no advirtiendo que sus dudas vienen de Satanás, se apocan
y son derrotados en la lucha. No dejéis de orar porque tengáis malos
pensamientos. Si por nuestro propio saber pudiéramos orar rectamente,
también podríamos vivir rectamente y no necesitaríamos un sacrificio
expiatorio. Pero la imperfección está sobre toda la humanidad. Educad y
ejercitad vuestra mente para que podáis con sencillez contarle al Señor
lo que necesitáis. Al ofrecer vuestras peticiones a Dios en demanda
de perdón por el pecado, una atmósfera más pura y más santa rodeará
vuestra alma.—
The Signs of the Times, 18 de noviembre de 1903
.
El Señor desea que mejoremos en la oración y que ofrezcamos nues-
tros sacrificios espirituales con fe y poder acrecentados... Él ha dado a su
propio Hijo para nuestra redención ... [quien] presenta en nuestro favor
delante del Padre las señales de la crucifixión que llevará por toda la
eternidad.—
Manuscrito 91, 1901
.
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