Página 83 - En los Lugares Celestiales (1968)

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La intercesión del espíritu, 14 de marzo
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:26
.
No solamente debemos orar en el nombre de Cristo, sino por la
inspiración del Espíritu Santo. Esto explica lo que significa el pasaje
que dice que “el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles”. Dios se deleita en contestar tal oración. Cuando con fervor
e intensidad expresamos una oración en el nombre de Cristo, hay en
esa misma intensidad una prenda de Dios que nos asegura que él está
por contestar nuestra oración “mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos”.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 133
.
El Espíritu Santo será dado a los que buscan su poder y gracia y
ayudará nuestras flaquezas cuando tengamos una audiencia con Dios. El
cielo está abierto a nuestras peticiones y se nos invita a ir “confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro”.
Hebreos 4:16
. Debemos ir con fe, creyendo que
obtendremos exactamente las cosas que le pedimos.—
The Signs of the
Times, 18 de abril de 1892
.
Podemos confiarle nuestras almas a Dios como a un fiel Creador, no
porque seamos sin pecado, sino porque Jesús murió para salvar justa-
mente a las criaturas llenas de faltas y errores que somos, expresando así
el valor que él le da al alma humana. Podemos descansar en Dios, no por
nuestros méritos, sino porque nos será imputada la justicia de Cristo...
Dios no abandonará a sus hijos que yerran que son débiles en la fe y
que cometen errores. El Señor escucha y oye sus oraciones y testimonios.
Los que miran a Jesús día tras día y hora tras hora, los que velan en
oración, se están acercando a Jesús. Los ángeles aguardan con las alas
desplegadas para llevar sus contritas oraciones a Dios y registrarlas en
los libros del cielo.—
The S.D.A. Bible Commentary 4:1184
.
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