El fuerte clamor
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el tacto o el conocimiento. Una mente corriente, educada para obe-
decer un “Así dice el Señor”, está mejor calificada para la obra de
Dios que aquellos que tienen aptitudes, pero que no las emplean
correctamente.—
The Review and Herald, 27 de noviembre de 1900
.
Los obreros serán calificados más bien por la unción de su Espí-
ritu que por la educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres
de fe y oración que se sentirán impelidos a declarar con santo en-
tusiasmo las palabras que Dios les inspire.—
Seguridad y Paz en el
Conflicto de los Siglos, 664 (1911)
.
Dios usa aun a los iletrados
Aquellos que reciben a Cristo como Salvador personal resistirán
las pruebas de estos últimos días. Fortalecido por una fe incondicio-
nal en Cristo, aun el discípulo iletrado podrá resistir las dudas y las
preguntas que los infieles puedan producir, y reducirá a la vergüenza
los sofismas de los burladores.
El Señor Jesús dará a los discípulos una lengua y una sabiduría
que sus adversarios no podrán contradecir ni resistir. Aquellos que
por razonamiento no podrían vencer los engaños satánicos, darán
un testimonio positivo que confundirá a hombres supuestamente
doctos. De los labios de los iletrados saldrán palabras con tal poder
convincente y sabiduría que se producirán conversiones a la verdad.
Miles se convertirán bajo su testimonio.
¿Por qué el hombre iletrado tendrá este poder, del que carece
el hombre docto? El iletrado, mediante la fe en Cristo, ha entrado
en la atmósfera de la verdad pura y clara, mientras que el docto se
ha alejado de la verdad. El hombre pobre es un testigo de Cristo.
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No puede apelar a datos históricos o a la así llamada ciencia, pero
de la Palabra de Dios reúne evidencias poderosas. La verdad que
habla bajo la inspiración del Espíritu es tan pura y notable, y lleva
consigo un poder tan indisputable, que su testimonio no puede ser
contradicho.—
Manuscript Releases 8:187-88 (1905)
.
Niños proclaman el mensaje
Muchos, aun entre los indoctos, ahora proclaman la palabra del
Señor. Los niños son impulsados por el Espíritu para ir y declarar el