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Eventos de los Últimos Días
Los santos reciben coronas y arpas
Vi después un gran número de ángeles que traían de la ciudad
brillantes coronas, una para cada santo, cuyo nombre estaba inscrito
en ella. A medida que Jesús pedía las coronas, los ángeles se las
presentaban y con su propia diestra el amable Jesús las ponía en la
cabeza de los santos.—
Primeros Escritos, 288 (1858)
.
En el mar de vidrio, los 144.000 formaban un cuadrado perfecto.
Algunas coronas eran muy brillantes y estaban cuajadas de estrellas,
mientras que otras tenían muy pocas; y sin embargo, todos estaban
perfectamente satisfechos con su corona.—
Primeros Escritos, 16
(1851)
.
La corona de vida será brillante u opaca, relucirá con muchas
estrellas, o será iluminada con unas pocas gemas, de acuerdo con
nuestro proceder.—
Comentario Bíblico Adventista 6:1104 (1895)
.
En el cielo no habrá ningún salvado con una corona sin estrellas.
Si entráis allí, habrá algún alma en las cortes de gloria que ha entrado
por vuestro intermedio.—
The Signs of the Times, 6 de junio de 1892
.
Antes de entrar en la ciudad de Dios, el Salvador confiere a sus
discípulos los emblemas de la victoria, y los cubre con las insignias
de su dignidad real. Las huestes resplandecientes son dispuestas
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en forma de un cuadrado hueco en derredor de su Rey [...]. Sobre
la cabeza de los vencedores, Jesús coloca con su propia diestra la
corona de gloria [...]. A todos se les pone en la mano la palma de
la victoria y el arpa brillante. Luego que los ángeles que mandan
dan la nota, todas las manos tocan con maestría las cuerdas de las
arpas, produciendo dulce música en ricos y melodiosos acordes [...].
Delante de la multitud de los redimidos se encuentra la ciudad santa.
Jesús abre ampliamente las puertas de perla, y entran por ellas las
naciones que guardaron la verdad.—
Seguridad y Paz en el Conflicto
de los Siglos, 703-704 (1911)
.
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