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Eventos de los Últimos Días
placido mostrarme que no habría una fecha definida para el mensaje
dado por Dios desde 1844.—
Mensajes Selectos 2:83 (1885)
.
Nuestra posición ha sido de esperar y velar, sin que se proclame
un tiempo [o fecha] que tenga lugar entre el fin de los períodos
proféticos en 1844 y el momento de la venida de nuestro Señor.—
Manuscript Releases 10:270 (1888)
.
La gente no tendrá otro mensaje acerca de un tiempo definido.
Después de este lapso (
Apocalipsis 10:4-6
), que ahora abarca desde
1842 a 1844, no puede haber ningún cómputo definido de tiempo
profético. El cálculo más prolongado llega hasta el otoño de 1844.—
Comentario Bíblico Adventista 7:982 (1900)
.
Elena G. de White esperaba el regreso de Cristo en sus días
Se me mostró el grupo presente en la Conferencia. Dijo el ángel:
“Algunos serán alimento para los gusanos, algunos sufrirán las siete
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últimas plagas, algunos estarán vivos y permanecerán sobre la tierra
para ser trasladados en la venida de Jesús”.—
Testimonies for the
Church 1:131-132 (1856)
.
Puesto que el tiempo es corto, debiéramos trabajar con diligen-
cia y doblada energía. Nuestros hijos quizás nunca entren en la
universidad.—
Testimonies for the Church 3:159 (1872)
.
No es realmente sabio tener hijos ahora. El tiempo es corto, están
sobre nosotros los peligros de los últimos días, y los hijos pequeños
serán mayormente arrebatados antes de esto.—
Carta 48, 1876
.
En esta época del mundo, cuando las escenas de la historia terre-
nal están por clausurarse pronto, y estamos por entrar en el tiempo de
angustia como nunca lo hubo, cuantos menos sean los casamientos
contraídos, mejor para todos, tanto hombres como mujeres.—
Joyas
de los Testimonios 2:124 (1885)
.
Vendrá la hora, no está muy lejana, y algunos de nosotros que
ahora creemos, estaremos vivos sobre la tierra y veremos el cumpli-
miento de la predicción, y oiremos la voz del arcángel y la trompeta
de Dios que resuena desde la montaña, la llanura y el mar hasta las
partes más distantes de la tierra.—
The Review and Herald, 31 de
julio de 1888
.
El tiempo de prueba está precisamente delante de nosotros, pues
el fuerte pregón del tercer ángel ya ha comenzado en la revelación