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Eventos de los Últimos Días
miento de lo que el Señor ha dicho.—
Meditaciones matinales, 325
(1887)
.
Levantad un muro de pasajes de las Escrituras a vuestro alre-
dedor, y veréis que el mundo no puede derribarlo. Memorizad las
Escrituras y luego lanzad sobre Satanás un “Escrito está” cuando
venga con sus tentaciones. Fue así como nuestro Señor enfrentó y
resistió las tentaciones de Satanás.—
The Review and Herald, 10 de
abril de 1888
.
Colgad en la antecámara de la memoria las preciosas palabras
de Cristo. Deben ser valoradas mucho más que la plata o el oro.—
Testimonies for the Church 6:81 (1900)
.
Guardad con vosotros una Biblia de bolsillo mientras traba-
jáis, y aprovechad cada oportunidad para memorizar sus preciosas
promesas.—
The Review and Herald, 27 de abril de 1905
.
Llegará el tiempo cuando muchos serán privados de la Palabra
escrita. Pero si esta Palabra está grabada en la memoria, nadie puede
quitarla de vosotros.—
Manuscript Releases 760:24 (1906)
.
Estudiad la Palabra de Dios. Memorizad sus preciosas promesas,
de tal manera que cuando seamos privados de nuestras Biblias, aún
podamos estar en posesión de la Palabra de Dios.—
Manuscript
Releases 10:298 (1909)
.
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Apocalipsis 14, un ancla para el pueblo de Dios
En estos últimos días, es nuestro deber indagar el pleno significa-
do de los mensajes del primero, el segundo y el tercer ángeles. Todas
nuestras transacciones debieran estar en armonía con la Palabra de
Dios. Los mensajes del primero, el segundo y el tercer ángeles están
unidos entre sí, y se revelan en el
capítulo 14
de Apocalipsis, del
sexto versículo hasta el final.—
Manuscript Releases 13:68 (1896)
.
Muchos de los que aceptaban el tercer mensaje no habían tenido
experiencia en los dos anteriores. Satanás comprendió esto, y fijó en
ellos su ojo maligno para vencerlos; pero el tercer ángel dirigía la
atención de ellos hacia el Lugar Santísimo, y los que habían tenido
experiencia en los mensajes anteriores les indicaban el camino del
Santuario celestial. Muchos percibieron el perfecto eslabonamiento
de verdades en los mensajes angélicos, y aceptándolos gozosamente
uno tras otro, siguieron al Señor por la fe en el Santuario celeste.