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Eventos de los Últimos Días
con el fin de usar sus facultades físicas y mentales para la gloria de
Dios.—
Mensajes para los Jóvenes, 362 (1871)
.
Los cristianos tienen a su disposición muchas fuentes de felici-
dad y pueden decir con exactitud infalible qué placeres son lícitos
y buenos. Gozarán de las recreaciones que no disipen la mente ni
rebajen el alma, que no desilusionen ni dejen tras sí una triste in-
fluencia que destruye el respeto propio u obstruye el camino de la
utilidad. Si pueden llevar consigo a Jesús y mantener un espíritu de
oración, están perfectamente seguros.—
Mensajes para los Jóvenes,
35 (1884)
.
Debemos conducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera,
que al volver a nuestros hogares podamos tener una conciencia libre
de ofensa hacia Dios y lo hombres; una seguridad de que no hemos
herido ni perjudicado en nada a aquellos con quienes hemos estado
asociados, ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos
[...].
No será peligrosa cualquier diversión a la cual podáis dedicaros
y pedir con fe la bendición de Dios. Pero cualquier diversión que os
descalifique para la oración secreta, para la devoción ante el altar de
la oración, o para tomar parte en la reunión de oración, no solo no
es segura, sino peligrosa.—
Mensajes para los Jóvenes, 274 (1913)
.
Música que eleva
Así como los israelitas cuando andaban por el desierto alegra-
ron su camino con la música del canto sagrado, Dios invita a sus
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hijos de hoy a alegrar por el mismo medio su vida de peregrinaje.
Pocos medios hay más eficaces para grabar sus palabras en la me-
moria, que el de repetirlas en el canto. Y un canto tal tiene poder
maravilloso. Tiene poder para subyugar naturalezas rudas e incultas;
para avivar el pensamiento y despertar simpatía; para promover la
armonía de acción y desvanecer la melancolía y los presentimientos
que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo.—
La Educación, 163
(1903)
.
La música forma parte del culto tributado a Dios en los atrios
celestiales, y en nuestros cánticos de alabanza debiéramos procurar
aproximarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros
celestiales [...]. El canto, como parte del servicio religioso, es tanto