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El Evangelismo
No contrate a músicos mundanos si es posible evitar esto de
alguna manera. Reúna a personas que puedan cantar con el espíritu
y el entedimiento.
El exceso en el despliegue de recursos en que Ud. algunas veces
incurre implica un gasto innecesario que los hermanos no deberían
ser invitados a cubrir; y además, Ud. encontrará que después de un
tiempo los asistentes que no tienen nuestras creencias no estarán
dispuestos a dar dinero para cubrir esos gastos...
Le ruego que no siga practicando métodos de trabajo tan dis-
pendiosos. Debo decirle que el Señor no respalda esos métodos.
Y tales procedimientos no logran lo que Ud. supone que llevan a
cabo.—
Carta 51, 1902
.
Debemos depender de Dios
—El universo del cielo hace mucho
más de lo que nosotros pensamos, para preparar el camino a fin de
que las almas sean convertidas. Queremos trabajar en armonía con
los mensajeros del cielo. Necesitamos más de Dios; no debemos
creer que son nuestros discursos y nuestros sermones los que realizan
la obra; debemos sentir que a menos que la gente sea alcanzada por
medio de Dios, nunca será alcanzada.—
Manuscrito 19b, 1890
.
Hay que estudiar los métodos de aproximación a la gente
—
La obra de ganar almas exige cuidadosa preparación. No se puede
entrar en el servicio del Señor sin la preparación necesaria, y es-
perar obtener el mayor éxito... El arquitecto os dirá cuánto tiempo
necesitó para saber proyectar un edificio cómodo y agradable. Y así
sucede también con todas las vocaciones que siguen los hombres.
¿Y habrían de manifestar menos diligencia los siervos de Cristo al
prepararse para un obra infinitamente más importante? ¿Habrían
de ignorar los medios y recursos que se han de emplear para ganar
almas? El saber interesar a hombres y mujeres acerca de los grandes
temas que conciernen a su bienestar eterno, requiere conocimiento
de la naturaleza humana, estudio detenido, meditación cuidadosa y
oración ferviente.—
Obreros Evangélicos, 96, 97 (1915)
.
Métodos de publicidad eficaces e impresionantes
Nuestra obra es juzgada por nuestros anuncios
—El carácter
y la importancia de nuestra obra son juzgados por los esfuerzos
hechos para presentarla ante el público. Cuando estos esfuerzos son