Página 182 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
pequeña importancia hasta hacerlos pruebas de discipulado cristiano,
y colocando cargas pesadas sobre los demás. Así se había infiltrado
un espíritu de crítica, un espíritu que encuentra faltas, un espíritu de
disensión, que había sido un gran perjuicio para la iglesia. Y se dio
a los no creyentes la impresión de que los adventistas, observadores
del sábado, eran un conjunto de fanáticos y extremistas, y que su
fe peculiar los hacía hoscos, descorteses y de un carácter realmente
anticristiano. Así la conducta de unos pocos extremistas impidió que
la influencia de la verdad alcanzara a la gente.
Algunos estaban haciendo del asunto del vestido algo de primera
importancia, criticando prendas de vestir usadas por otros, y mani-
festándose listos a condenar a cualquier persona que no adoptara
exactamente sus ideas. Unos pocos condenaban los cuadros, afir-
mando que son prohibidos por el segundo mandamiento, y que todas
las cosas de esta clase debían ser destruidas.
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Estos hombres de una sola idea no piensan en otra cosa sino
en imponer esa cosa única que se destaca en su mente. Hace años,
tuvimos que hacer frente a este mismo espíritu y a esta misma obra.
Se levantaron hombres que sostenían haber sido enviados con un
mensaje de condenación de los cuadros, exigiendo que toda seme-
janza de cualquier cosa fuera destruida. Llegaron a tales extremos
que condenaron los relojes que tenían figuras, o “imágenes” sobre
ellos...
Unas pocas personas de ----- fueron al extremo de quemar todos
los cuadros que tenían, destruyendo aun los retratos de sus amigos.
Aun cuando no teníamos simpatía con estos movimientos fanáticos,
aconsejamos que aquellos que habían quemado sus cuadros no in-
currieran en el gasto de reponerlos. Si hubieran obrado en forma
concienzuda, habrían estado satisfechos con permitir que las cosas
quedaran donde estaban. Pero no debían exigir que otros hicieran
como ellos habían hecho. No debían tratar de ser conciencia para sus
hermanos y hermanas.—
Historical Sketches of the Foreign Missions
of the Seventh Day Adventist, 211, 212 (1886)
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