Página 215 - El Evangelismo (1994)

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La predicación de las verdades distintivas
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Las luces mayores y menores
—Hacen poco caso de la Biblia,
y el Señor ha dado una luz menor para guiar a los hombres a la luz
mayor.—
El Colportor Evangélico, 32 (1902)
.
Presentando el espíritu de profecía: Una ilustración
—El pas-
tor -----no entra en conflicto con los opositores. Presenta la Biblia
con tanta claridad que es evidente que cualquier persona que difiera
debe hacerlo en oposición a la Palabra de Dios.
El viernes de tarde y el sábado de mañana habló acerca del tema
de los dones espirituales, y se espació en forma especial en el espíritu
de profecía. Los que escucharon estos discursos dijeron que analizó
el tema en forma clara y enfática.—
Carta 388, 1906
.
[191]
En su enseñanza, el pastor ----- demostró que el espíritu de pro-
fecía tiene una parte importante que desempeñar en el afianzamiento
de la verdad. Cuando concluyó su parte me invitó... a hablar a la
gente.—
Carta 400, 1906
.
Hay que dar tiempo para que la gente considere las eviden-
cias
—En la última visión que recibí en Battle Creek se me mostró
que en ----- habían adoptado una posición imprudente con respecto
a las visiones en el momento cuando organizaron la iglesia en ese
lugar. Había algunos en ----- que eran hijos de Dios y que sin embar-
go dudaban de las visiones. Otros no manifestaban oposición y sin
embargo no se atrevían a tomar una posición definida con respecto
a ellas. Algunos eran escépticos, y había razones suficientes que
explicaban esa actitud. Las visiones falsas y las manifestaciones
de fanatismo, y los repugnantes frutos que siguieron a esto, habían
ejercido una influencia sobre la causa en ----- y habían hecho que la
gente considerara con suspicacia todo lo que se relacionara con las
visiones. Deberían haberse considerado todas estas cosas y debería
haberse obrado con sabiduría. No hay razón de someter a disciplina a
los miembros que nunca han visto a alguien en el momento de tener
visiones y que no poseen un conocimiento personal de la influencia
que ejercen esas visiones. Tales miembros no deberían ser priva-
dos de los beneficios y los privilegios de la iglesia, si su conducta
cristiana es correcta y han formado un buen carácter cristiano.
Se me mostró que algunas personas pueden recibir las visiones
publicadas y juzgar el árbol por sus frutos. Pero otras dudan como
Tomás y no pueden creer en los testimonios publicados ni recibir
evidencia mediante el testimonio de otros, sino que deben ver y