Página 273 - El Evangelismo (1994)

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como un fracaso, pero aunque quede una sola persona en la verdad
y permanezca fiel hasta el fin, su obra no podría considerarse como
un fracaso. Si una sola madre ha podido ser sacada de su deslealtad
y dirigida a la obediencia, Ud. puede estar contento. La madre que
decide conocer al Señor enseñará a sus hijos a seguir en sus pasos.
La promesa es para los padres, las madres y los hijos...
El Señor no lo juzgará a Ud. por la magnitud del éxito manifiesto
de su trabajo. Se me pidió que le dijera que su fe debe mantenerse
viva y firme, y en aumento continuo. Cuando Ud. ve que los que
tienen oídos no oyen, y los que son inteligentes no comprenden,
después de haber hecho su mejor parte, vaya a otros lugares y deje
el resultado con Dios. Pero no permita que su fe se debilite.—
Carta
8, 1895
.
No os desaniméis por los resultados pequeños
—La obra que
se hace para la gloria y el honor de Dios llevará el sello divino. Cristo
respaldará la obra de los que hagan lo mejor de que son capaces. Y
a medida que continúen haciendo lo mejor que puedan, aumentarán
en conocimiento, y el carácter de su obra se perfeccionará.—
Carta
153, 1903
.
En comparación con el número de los que rechazan la verdad,
los que la reciben serán muy pocos, pero un alma es de mayor valor
que varios mundos. No debemos desanimarnos aun cuando nuestra
obra no parezca tener grandes resultados.—
Carta 1, 1875
.
Esfuerzos unidos y continuados para obtener buenos resul-
tados
—Los esfuerzos individuales, constantes y concertados produ-
cirán la recompensa del éxito. Los que desean llevar a cabo una gran
cantidad de bien en nuestro mundo, deben estar dispuestos a hacerlo
siguiendo el método de Dios de hacer cosas pequeñas. El que desea
alcanzar las alturas más encumbradas de las realizaciones llevando a
cabo cosas grandes y maravillosas, fracasará y no podrá hacer nada.
El firme progreso en una buena obra, la repetición frecuente de un
servicio fiel, tiene más valor a la vista de Dios que la ejecución de una
obra grandiosa, y gana una buena fama para sus hijos y da firmeza a
sus esfuerzos. Los que son fieles y leales a sus deberes designados
divinamente no son inestables sino que manifiestan firmeza en sus
propósitos y avanzan cuando las circunstancias son desfavorables
como cuando son favorables. En todo momento están preparados.—
Carta 122, 1902
.