Página 293 - El Evangelismo (1994)

Basic HTML Version

La confirmación y retención de los nuevos conversos
289
en la obra. Trabajarán con tanta diligencia que no tendrán tiempo
ni disposición para debilitar las manos de sus hermanos por críticas
severas. Su único deseo será proclamar la verdad en las regiones
lejanas.—
Joyas de los Testimonios 3:82, 83 (1902)
.
Destáquese la responsabilidad personal hacia Dios
—A todos
los recién llegados a la fe hay que educarlos en lo que atañe a su
responsabilidad personal y a la actividad individual en la búsqueda
de la salvación del prójimo... Hay que actuar guiados por una fe
personal, hay que cultivar la santidad personal, y la humildad y
mansedumbre de Cristo deben convertirse en una parte de nuestra
vida práctica. La obra debe ser completa y profunda en el corazón
de cada instrumento humano.
A los que profesan recibir y creer la verdad hay que mostrarles
cuál es la influencia mortífera del egoísmo y su poder envilecedor y
corruptor. El Espíritu Santo debe trabajar en el instrumento humano
porque en caso contrario otro poder dominará la mente y el juicio. El
conocimiento espiritual de Dios y de Cristo, a quien él ha enviado,
constituye la única esperanza del alma. Cada alma debe ser enseñada
en Dios, línea sobre línea y precepto sobre precepto; ésta debe sentir
que es responsable delante de Dios de ocuparse en el servicio por
su Maestro, a quien le pertenece y a quien se le pide que sirva en la
obra de salvar a las almas de la muerte.—
Manuscrito 25, 1899
.
Los votos bautismales: la promesa de salvar almas
—El pue-
blo de Dios ha de sentir una simpatía noble y generosa por todo
ramo de la obra que se lleva a cabo en el gran campo de la mies.
Por medio de sus votos bautismales han prometido hacer esfuerzos
fervorosos y abnegados para promover la obra de salvar almas en
las partes más difíciles del campo. Dios ha colocado sobre cada
creyente la responsabilidad de luchar para rescatar a los indefensos
y oprimidos (
Boletín de la Unión Australasiana,
1 de junio, 1903).
Los que están genuinamente convertidos trabajarán por el
prójimo
—La gracia divina en el alma recién convertida es progre-
siva. Proporciona cada vez más gracia, la que se recibe, no para
ser ocultada debajo de un almud, sino para ser compartida a fin de
beneficiar a otros. La persona que se ha convertido genuinamente
trabajará para salvar a otros que están en tinieblas. Un alma verdade-
ramente convertida avanzará por fe para salvar a otra y luego a otra
[261]
más. Los que hacen esto son instrumentos de Dios, son sus hijos y