Página 295 - El Evangelismo (1994)

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La confirmación y retención de los nuevos conversos
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La religión corre peligro de perder en profundidad lo que gana en
amplitud. Esto no necesita ocurrir, si en lugar de largos sermones
se proporciona una sabia educación a los recién llegados a la fe.
Enseñadles dándoles algo que hacer, en alguna clase de trabajo espi-
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ritual, para que su primer amor no muera sino que aumente en fervor.
Hacedles sentir que ellos no tienen que ser llevados y que no deben
reclinarse sobre la iglesia para obtener su apoyo, sino hacedles ver
que deben tener raíces en ellos mismos. Pueden ser, en diversos
aspectos y según sean sus habilidades, útiles ayudando a la iglesia a
acercarse más a Dios, y trabajando de diferentes maneras para influir
sobre los elementos que están fuera de la iglesia, lo cual constituye
una manera de actuar beneficiosamente en favor de la iglesia. La
sabiduría y la prosperidad de la iglesia ejerce una influencia impor-
tante en favor de ella. El salmista oró por la prosperidad de la iglesia:
“Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga... para que sea
conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación”.
Salmos 67:1, 2
.—
Carta 44, 1892
.
El crecimiento cristiano será evidente
—Nada destruye más
rápidamente la espiritualidad del alma que el encerrarla en el egoís-
mo y el cuidado de sí misma. Los que complacen su propio yo y
descuidan la atención de las almas y los cuerpos de las personas por
quienes Cristo ha dado su vida, no están comiendo el pan de vida ni
bebiendo del agua de la fuente de salvación. Están secos y no tienen
savia, como un árbol que no lleva fruto. Son enanos espirituales
que consumen sus recursos para el beneficio de sí mismos. Pero se
olvidan que “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.
Génesis 6:7
.
Los principios cristianos siempre producirán resultados visibles.
Los principios que obran en el interior se harán visibles en mil
formas diferentes. Cuando Cristo mora en el alma hay en ella una
fuente que nunca se seca.—
The Review and Herald, 15 de enero de
1895
.
El servicio mantiene viva a la iglesia
—Hay que tratar de man-
tener viva a la iglesia enseñando a sus miembros a trabajar con el
pastor por la conversión de los pecadores. Esto constituye una buena
táctica directiva, y el resultado será mucho mejor que si él procurase
hacer solo la obra.—
The Review and Herald, 23 de abril de 1908
.