Página 315 - El Evangelismo (1994)

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La confirmación y retención de los nuevos conversos
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Palabra de Dios. Se eligieron maestros consagrados para que fueran
a esos lugares. Esas escuelas no tenían muchos alumnos, pero eso
constituía un buen comienzo.—
Testimonies for the Church 6:108
(1900)
.
Avanzad
—Cuando iniciamos la obra en un nuevo campo y
reunimos a un grupo de creyentes, los dedicamos a Dios y lue-
go nos empeñamos en la tarea de unirlos a nosotros en la edificación
de una humilde casa de culto. Luego, cuando la capilla ha quedado
terminada y ha sido dedicada al Maestro, vamos a nuevos campos.
Se nos ha ordenado con toda claridad: “Avanzad”, y tan pronto como
el mensaje de amonestación ha sido dado en un lugar, y han que-
dado allí hombres y mujeres capaces de continuar la obra, nosotros
avanzamos hacia los lugares de la viña del Señor que no han sido
trabajados.—
Carta 154, 1899
.
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Abramos obra en campos nuevos
A los miembros de iglesia ha de enseñárseles a permanecer
solos
—Al viajar por el sur rumbo al congreso, vi una ciudad tras
otra en las cuales no se ha trabajado. ¿Cuál es el problema? Los
pastores están revoloteando sobre las iglesias que conocen la verdad,
mientras miles de personas perecen sin Cristo.
Si se diera la instrucción adecuada, si se siguieran los métodos
debidos, cada miembro de iglesia haría su obra como miembro del
cuerpo. Haría obra misionera cristiana. Pero las iglesias se están
muriendo, y necesitan que un pastor les predique.
Debe enseñárseles a traer un diezmo fiel a Dios, para que él
las fortalezca y bendiga. Debe lograrse la armonía entre ellos, para
que el soplo de Dios venga sobre ellos. Debe enseñárseles que a
menos que puedan permanecer por sí mismos sin pastor, necesitan
ser convertidos de nuevo, y bautizados de nuevo. Necesitan nacer de
nuevo.—
Manuscrito 150, 1901
.
Id a trabajar por las almas
—En vez de mantener a los pas-
tores trabajando para las iglesias que ya conocen la verdad, digan
los miembros de las iglesias a estos obreros: Id a trabajar por las
almas que perecen en las tinieblas. Mantendremos las reuniones,
permaneceremos en Cristo, y conservaremos la vida espiritual. Tra-
bajaremos por las almas que nos rodean, y con nuestras oraciones y