Página 321 - El Evangelismo (1994)

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La obra en las grandes ciudades norteamericanas
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Las noticias alarmantes son perjudiciales
—Hace un tiempo
el pastor K publicó algunas noticias muy alarmantes concernientes a
la destrucción de Nueva York. Escribí inmediatamente a los encarga-
dos de la obra en ese lugar diciendo que no era conveniente publicar
tales noticias, porque podrían provocar una agitación que resulta-
ría en un movimiento fanático que dañaría la causa de Dios. Basta
presentar a la gente la verdad de la Palabra de Dios. Las noticias
alarmantes son perjudiciales para el progreso de su obra...
He advertido a los hermanos que trabajan en Nueva York dicién-
doles que no deben publicar estas noticias excitantes y aterradoras.
Cuando mis hermanos son extremistas, esto me afecta, y como re-
sultado debo sufrir el reproche de ser llamada una falsa profetisa.
¿Pensáis que si yo hubiera dicho que Nueva York sería destruida
por un maremoto, habría instado a comprar una propiedad distante
sólo 60 millas de esa ciudad, como sitio de un sanatorio y como un
lugar desde el cual podría trabajarse la ciudad de Nueva York?—
Carta 176, 1903
.
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Planes para alcanzar a los hombres de negocios
—Deberíais
sentir una responsabilidad definida por la obra en Nueva York. Los
hombres de negocios de Nueva York y de otras grandes ciudades de-
ben ser alcanzados con el mensaje tan ciertamente como los paganos
que viven en países extranjeros.—
Carta 168, 1909
.
Problemas en la edificación de salones y de iglesias
—Id a
Nueva York. Observad el terreno cuidadosamente y ved si conviene
comprar el salón y el terreno donde está edificado. Tal vez sería
posible alquilar el terreno durante un número de años. Se me ha
dicho que habrá que seguir alguno de estos métodos en la obra en las
grandes ciudades. Si después de una cuidadosa consideración decidís
que es mejor comprar el salón, haremos todo lo que sea posible para
reunir el dinero. Pero es mejor avanzar inteligentemente. Orad, orad,
orad, porque de ser posible Satanás cerrará las puertas que se han
abierto a la entrada de la verdad. El Señor desea que se establezca
un centro de la verdad en la grande e impía ciudad de Nueva York...
Os pido que investiguéis la obra en Nueva York y que tracéis
planes para establecer un monumento para Dios en esa ciudad. Ha
de ser un centro para el trabajo misionero y debe contar con un
sanatorio... Hay que realizar un esfuerzo decidido para unificar
nuestras iglesias en Nueva York y las ciudades de los alrededores.