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El Evangelismo
Se pide que se lleve a cabo una obra cuidadosa
—No porque
Ud. no vea en la antigua Inglaterra los mismos resultados que Ud.
apreció en Australia, debe tomarse la libertad de desmerecer lo que
ya se ha conseguido. Hay almas preciosas en Grimsby y en Ulceby,
y pronto entrarán otras. En Southampton tenemos algunas buenas
personas, y el hermano que encontré en casa del Hno.—-y las pocas
personas que se relacionan con él, creo que constituyen un buen
material humano. Por el hecho de que no ven cada cosa tal como
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nosotros las vemos se requiere sabiduría para tratar sus casos, a fin
de unirnos en toda circunstancia para no agrandar la brecha entre
nosotros.
La Hna.—-, creo, se decidirá si se la trata con prudencia. Es-
tas personas no deben ser tratadas con indiferencia, sino que hay
que realizar cuidadosos esfuerzos para traerlas a la noble verdad.
Queremos a esa dama como obrera... Es una tarea interesante salir
a caza de las ovejas y hacer todo lo posible por traerlas al redil.
Requerirá tiempo despojarlas de todas sus ideas extrañas y de sus
conceptos erróneos, pero debemos ser pacientes y no alejarlas de
nosotros. Dios está trabajando con ellas, y cuando reflexiono sobre
el pasado veo desánimos tan grandes como los que hemos tenido
que sobrellevar y como los que aún tenemos que dominar en la vieja
Inglaterra.—
Carta 50, 1887
.
Dios cuidará a los fieles de Inglaterra
—El Hno. S. H. Lane
nos acompañó a Risely, un pueblecito distante unos sesenta kiló-
metros de Londres. Aquí los Hnos. Lane y Durland habían estado
realizando reuniones bajo carpa durante cuatro semanas. La carpa
acomodaba a unas trescientas personas, y esa noche estaba repleta,
y una buena cantidad de gente permanecía afuera.
Experimenté una gran simpatía por esa gente y de buena gana
habría permanecido allí durante más tiempo. Entre el auditorio había
no pocas mujeres dignas. Varias de ellas ya habían comenzado a
guardar el sábado. Muchos de los hombres estaban convencidos de la
verdad, pero el problema que ellos tenían no era si podían guardar el
sábado y tener las conveniencias y los lujos de la vida, sino si podían
conseguir pan, simplemente pan, para sus hijos. Algunas personas
concienzudas han comenzado a guardar el sábado. La fe de éstas
será probada severamente. Pero aquel que cuida de los cuervos, ¿no
cuidará mucho más a los que le aman y le temen? Dios observa a sus