Página 424 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
Da acceso al corazón
—Haced obra médica misionera. En esta
forma obtendréis acceso a los corazones de la gente. Así quedará
preparado el camino para una proclamación más decidida de la
verdad. Encontraréis que al aliviar sus sufrimien tos físicos tendréis
la oportunidad de atender sus necesidades espirituales...
La unión de una obra semejante a la que Cristo hizo en favor
del cuerpo y una obra como la que Cristo realizó por el alma es la
verdadera interpretación del Evangelio.—
An Appeal for the Medical
Missionary College, 14, 15 (1902)
.
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Discursos reformatorios
—He sido informada por parte de mi
guía que aquellos que creen la verdad, no solamente deben practicar
la reforma pro salud, sino que deben enseñarla diligentemente a
otros; porque será un agente por cuyo intermedio la verdad puede
ser presentada a la atención de los no creyentes. Ellos razonarán que
si tenemos ideas tan seguras con respecto a la salud y la temperancia,
debe haber algo en nuestra creencia religiosa que vale la pena ser
investigado. Si nos apartamos de la reforma pro salud, perderemos
mucho de nuestra influencia sobre el mundo exterior.
Los discursos pronunciados en nuestras grandes asambleas de-
ben ser de una naturaleza reformadora. Todo el talento posible de-
biera ser empleado para presentar este asunto delante de la gente.
Muchos están disgustados con el árido formalismo que existe en
el mundo cristiano. Muchos están volviéndose ateos porque ven la
falta de verdadera piedad en los que profesan ser cristianos. Podría
hacerse una buena obra para preparar el camino para la introducción
de la verdad, si se presentaran testimonios decididos sobre la rama
de la obra relativa a la salud y la temperancia...
El asunto de presentar los verdaderos principios de salud y tem-
perancia, no debe ser pasado por alto como no esencial; pues casi
cada familia necesita ser instruida sobre este punto. Casi toda per-
sona necesita que su conciencia sea despertada para llegar a ser un
hacedor de la Palabra de Dios, un practicante de la abnegación, que
se abstenga de la complacencia ilícita del apetito. Cuando instruís a
la gente con respecto a los principios de la reforma pro salud, hacéis
mucho para preparar el camino para la presentación de la verdad
presente. Dijo mi guía: “Educad, educad, educad”. La mente debe
ser iluminada, pues el entendimiento de la gente está entenebrecido.