Página 482 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
muchos que pueden hacer esta clase de obra, pero deben estar vesti-
dos con toda la armadura de justicia. Somos demasiado delicados
en nuestra obra, y sin embargo se necesitan decoro e inteligencia
cabal.—
Special Testimonies, Un llamamiento en favor de las misio-
nes, 15 (1898)
.
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Problemas planteados por la gente en tránsito
—Estas
[reuniones al aire libre] pueden llevarse a cabo algunas veces, y
en ocasiones especiales serán el mejor medio de alcanzar a la gente;
pero convertir esto en un método regular de trabajo en el presente no
asegurará los resultados deseados. En esa forma el obrero no puede
cumplir su ministerio. Una disertación o un discurso casual podría
dirigir el pensamiento en una dirección que, mediante la influencia
de otros elementos, podría finalmente producir la conversión de la
persona; pero estos casos son raros.—
Gospel Workers, 339, 340
(1892)
.
En las reuniones al aire libre no puede realizarse esa obra com-
pleta de remachar el trabajo a fin de presentar a cada persona perfecta
en Cristo Jesús. Algunas veces se puede hacer mucho bien mediante
este método de trabajo. Pero como práctica es mejor alcanzar a la
gente en alguna otra forma.—
Carta 2, 1885
.
La presentación de Cristo en la familia, en el hogar, o en pe-
queñas reuniones en casas particulares, gana a menudo más almas
para Jesús que los sermones predicados al aire libre, a la muchedum-
bre agitada o aun en salones o capillas.—
Obreros Evangélicos, 201
(1915)
.
Reuniones de temperancia al aire libre
—Debiéramos estar
trabajando en los rincones oscuros de la tierra... Con frecuencia he
hablado al aire libre a grupos de personas que se habían reunido para
escucharme. He visto a mujeres con niños en sus brazos paradas du-
rante una hora para escucharme. He estado completamente rodeada
por hombres y mujeres. Les he preguntado: “¿Cuántos de vosotros
poseéis una fe bien fundada en Cristo? ¿Cuántos sois cristianos? Le-
vanten sus manos quienes lo sean”. No se levantaba ninguna mano.
¿No necesitaban a Cristo? ¿No necesitaban un conocimiento de la
verdad? ¿No necesitaban aprender lecciones de temperancia? Por
cierto que lo necesitaban.
Dios quiere que nos ubiquemos en un lugar desde donde poda-
mos amonestar a la gente. Desea que nos encarguemos del asunto de