Página 532 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
correctos de pensamiento y acción. Esa práctica es necesaria no sólo
para los jóvenes sino también para los obreros de más edad, a fin de
que su ministerio se vea libre de errores y para que sus sermones
sean claros, exactos y convincentes.
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Algunas mentes se parecen más a una tienda de antigüedades
que a cualquier otra cosa. Han recogido y almacenado trozos sueltos
de información, pero no saben cómo presentarlos en forma clara y
bien hilvanada. Lo que le da valor a estas ideas es la relación que
tienen unas con otras. Cada idea y declaración debieran estar unidas
tan estrechamente como los eslabones de una cadena. Cuando un
ministro arroja un montón de conceptos ante la gente para que ésta
los recoja y los ponga en orden, sus esfuerzos se han perdido, porque
hay pocos que harán tal cosa.—
The Review and Herald, 6 de abril
de 1886
.
El esfuerzo metódico apresura el éxito
—Hay hombres y mu-
jeres jóvenes que no tienen método alguno para llevar a cabo su
tarea. Aunque están siempre ocupados pueden presentar tan sólo
pocos resultados. Tienen ideas erróneas acerca del trabajo y piensan
que están trabajando duramente, cuando si hubieran aplicado un mé-
todo a su trabajo y si se hubieran dedicado inteligentemente a lo que
debían hacer, habrían cumplido mucho más en menos tiempo. Por
perder el tiempo en cosas menos importantes llegan a estar finalmen-
te en apuros y perplejos cuando se les pide que lleven a cabo deberes
que son más esenciales. Siempre están haciendo algo y piensan que
están trabajando duramente; y sin embargo sus esfuerzos producen
muy poco resultado.—
The Youth’s Instructor, 31 de agosto de 1893
.
El sistema y la presteza ahorran tiempo
—Se necesitan hom-
bres que comiencen un trabajo en forma correcta y que se aferran
a él y lo prosigan tenazmente. Hay que hacerlo todo de acuerdo
con un plan bien madurado y con sistema. Dios ha confiado su obra
sagrada a hombres y les pide que la lleven a cabo cuidadosamente.
La regularidad en todas las cosas es indispensable. Nunca lleguéis
tarde a una cita. En ningún departamento u oficina debiera perderse
el tiempo en conversaciones innecesarias. La obra de Dios requiere
cosas que no recibe porque los hombres no aprenden del Dios de
sabiduría. Amontonan demasiadas cosas en su vida, posponen hasta
mañana lo que exige su atención hoy, y muchas veces pierden tiempo
retomando trabajosamente las puntadas perdidas...