Página 568 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
nes de las cosas que estaban por suceder.—
The Review and Herald,
23 de julio de 1895
.
Muchos apóstatas regresarán
—Cuando realmente se desate la
tormenta de la persecución sobre nosotros, las verdaderas ovejas
oirán la voz del verdadero pastor. Se realizarán esfuerzos abnegados
para salvar a los perdidos, y muchos que se han descarriado del
redil volverán de nuevo a seguir al gran Pastor. Los hijos de Dios
avanzarán juntos y presentarán al enemigo un frente unido... El
amor de Cristo, el amor de nuestros hermanos, testificará ante el
mundo de que hemos estado con Jesús y hemos aprendido de él.
[503]
Entonces el mensaje del tercer ángel se acrecentará hasta llegar a
ser un fuerte pregón, y toda la tierra será iluminada con la gloria del
Señor.—
Testimonies for the Church 6:401 (1900)
.
Influidos por la prensa
—Dios hará pronto grandes cosas por
nosotros, si nos allegamos humildes y confiados a sus pies... Más
de mil personas se convertirán en un solo día, la mayor parte de las
cuales adjudicarán sus primeras convicciones a la lectura de nuestras
publicaciones.—
The Review and Herald, 10 de noviembre de 1885
.
Se repetirá el poder de 1844
—El poder que dominó a la gente
con tanta vehemencia en el movimiento de 1844, se revelará de
nuevo. El mensaje del tercer ángel avanzará, no en tono de susurro,
sino con potente voz.—
Testimonies for the Church 5:252 (1885)
.
El fuerte clamor
—Durante el fuerte clamor, la iglesia, ayudada
por las interposiciones providenciales de su exaltado Señor, difundirá
el conocimiento de la salvación tan abundantemente que la luz
será comunicada a toda ciudad y pueblo. La tierra será llena del
conocimiento de la salvación. Tan abundantemente habrá coronado
de éxito el Espíritu renovador de Dios a los agentes intensamente
activos, que la luz de la verdad presente brillará por todas partes.—
The Review and Herald, 13 de octubre de 1904
.
La razón de la demora
Postergada por misericordia
—La larga noche de tinieblas es
penosa, pero la mañana es postergada por misericordia, porque si
el Señor viniera, muchos serían hallados desapercibidos. El deseo
de Dios de que su pueblo no perezca ha sido la razón de tan larga
demora.—
Testimonies for the Church 2:194 (1868)
.