Página 64 - Fe y Obras (1984)

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Fe y Obras
¿No saben que cuando el joven rico se acercó a Cristo y le
preguntó qué debía hacer para tener la vida eterna, Cristo le dijo que
guardara los mandamientos? El joven contestó: “Todo esto lo he
guardado”. Pero el Señor quería que entendiera que esta lección se
aplicaba a él. “¿Qué más me falta?”
Mateo 19:20
. No percibía que
había algo que se refería a él, o por qué no había de tener la vida
eterna. “Lo he guardado”, dijo. Ahora Cristo toca el punto débil de
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su corazón. Dice: “Ven, sígueme, y tendrás vida”.
¿Qué hizo el joven? Se alejó muy triste, porque tenía muchas
posesiones.
Ahora bien, él no había guardado los mandamientos en absoluto.
Debería haber aceptado a Jesucristo como su Salvador, y haberse
asido de su justicia. Entonces, al poseer la justicia de Cristo, hubiera
podido guardar la ley de Dios. El joven magistrado no podía hollar la
ley. Debía respetarla; debía amarla. Entonces Cristo habría aportado
el poder divino para combinarlo con los esfuerzos humanos.
Cristo tomó sobre sí la humanidad por nosotros. Revistió su
divinidad, y la divinidad y la humanidad se combinaron. Mostró que
la ley que Satanás declaró que no podía guardarse, sí podía guardarse.
Cristo tomó la humanidad para estar aquí en nuestro mundo, a fin
de mostrar que Satanás había mentido. Tomó la humanidad sobre sí
para demostrar que con la divinidad y la humanidad combinadas, el
hombre podía guardar la ley de Jehová. Si separan la humanidad de
la divinidad, ustedes pueden tratar de labrar su propia justicia desde
ahora hasta que Cristo venga, y no lograrán otra cosa que un fracaso.
Mediante una fe viva, por medio de la ferviente oración a Dios
y dependiendo de los méritos de Jesús, somos revestidos con su
justicia, y somos salvados. “Oh, sí -dicen algunos-, somos salvados
sin hacer nada. En realidad, soy salvo. No necesito guardar la ley de
Dios. Soy salvo por la justicia de Cristo Jesús”. Cristo vino a nuestro
mundo a fin de llevar a todos los hombres de regreso a la lealtad a
Dios. Tornar la posición de que puedes quebrantar la ley de Dios,
porque Cristo lo ha hecho todo, es una posición de muerte, porque
tú eres tan ciertamente un transgresor como cualquiera.
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¿Entonces qué es? Es oír y ver que con la justicia de Cristo que
ases por fe, la justicia provista por los esfuerzos de Cristo y por su
poder divino, puedes guardar los mandamientos de Dios.